Los dueños de perros que no recogen las cacas de la calle lo tendrán más difícil a partir del 1 de septiembre de 2016, fecha que el Ayuntamiento de Málaga prevé para que entre en funcionamiento un sistema de análisis del ADN de la caca de los perros para detectar la procedencia de los excrementos que ensucian la calle.

La idea municipal es aplicar las técnicas del «CSI» para identificar y sancionar a los propietarios de mascotas que no recojan las cacas de la calle. El objetivo es reducir de forma drástica la suciedad que genera la falta de conciencia de los dueños de muchos perros, que no retiran los excrementos de la calle.

Esta iniciativa no es nueva, aunque todavía está poco extendida. En Xàtiva está en marcha desde hace dos años, reduciendo hasta en un 80% la suciedad de la calle por este motivo incluso antes de la puesta en marcha de este sistema. Hace pocas semanas entró en funcionamiento en el ayuntamiento sevillano de Lebrija, aunque rodeado de la polémica por las dudas sobre su efectividad.

La apuesta municipal, presentada ayer por el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, obligaría a tomar muestras de ADN a los casi 100.000 perros censados en la capital. Para ello se cuenta con la colaboración del Colegio de Veterinarios, ya que las muestras de sangre se tomarían en las clínicas y éstas se encargarían de volcar los datos en la base de datos de mascotas que ya existe. Esta información, complementaria a la disponible por la implantación del chip, permitiría cotejar de forma rápida y fiable con la base de datos el ADN de las cacas que no hubiese recogido el propietario, tramitando la sanción.

El área de Medio Ambiente empezará a tramitar la modificación de la ordenanza de tenencia de animales en los próximos días, con idea de que esté aprobada para el 1 de marzo y, en ese momento, se abra un plazo de seis meses para obtener las muestras de ADN que se incorporen a la base de datos. De este modo, a partir del 1 de septiembre de 2016 se podría sancionar por no recoger la caca de los perros a los dueños, con multas que podrían llegar a los 500 euros.

Para la puesta en marcha de este sistema de control y vigilancia es necesario tomar las muestras de los 98.000 perros censado en la capital, que sería obligatorio como lo fue en su momento el chip, con un coste de 35 euros por perro.

El concejal de Medio Ambiente aseguró que esta medida irá acompañada de una partida presupuestaria para subvencionar a las familias que no puedan afrontar este desembolso. Esta operación de toma de muestras supondrá un movimiento económico de 3,4 millones de euros en concepto de análisis de ADN.

La secretaria de la Protectora de Animales de Málaga, Carmen Manzano, alabó esta iniciativa, tanto por la limpieza que se podrá conseguir en las calles como por ser un arma muy efectiva para perseguir el abandono de mascotas y su maltrato.

Manzano recuerda que ahora, coincidiendo con la temporada de caza, se disparan los abandonos de perros que son descartados por los cazadores. «Muchas veces aparecen con heridas infectadas porque les quitan el chip para que no los identifiquemos», asegura la secretaria de la Protectora, quien afirma que con el ADN incorporado al carnet identificativo del perro se localizaría al dueño.

El presidente del Colegio de Veterinarios de Málaga, Fidel Astudillo, recordó que estas pruebas de sangre se deben realizar en clínicas, que son las que aseguran «las condiciones de asepsia y seguridad» necesarias. «Esta medida será de uso común en el futuro en todos los municipios y Málaga está siendo pionera», afirmó el presidente de los veterinarios, que defendió la fiabilidad de estas pruebas.