La reconversión del puerto iniciada en el año 2000, con la pérdida del tráfico de petróleo, se encuentra en un momento clave, con la pérdida de importancia del transporte de mercancías tradicional en las cuentas de la Autoridad Portuaria y el auge del sector de cruceros y de las concesiones de suelo como principales fuentes de financiación.

Las cuentas anuales del Puerto resaltan que algo más de un tercio de los ingresos provienen de la llegada de cruceros y de las distintas concesiones de suelo del Plan Puerto-Ciudad, como el Muelle 1 o los edificios del Palmeral. En cambio, el tráfico tradicional de mercancías pierde peso en las cuentas anuales, agrupando otro tercio de los ingresos por graneles sólidos, contenedores, graneles líquidos y vehículos en régimen de mercancía.

El otro tercio de los ingresos del Puerto se reparten en otras actividades portuarias complementarias, como la línea regular con Melilla y Ceuta (11,90% de los ingresos), reparación naval (11,03%), práctica náutica y deportiva (5,21%), servicios portuarios (2,13%) y pesca (1,78%).

Estos datos muestran cómo el cambio de la estructura de negocio del Puerto sigue en marcha, tras el hundimiento de un tráfico que estaba llamado a sustituir el petróleo, como los contenedores, o la lenta decadencia de otros tradicionales como los graneles -sólidos y líquidos-. Sólo la apuesta de los cruceros y el Plan Puerto-Ciudad están aportando cierta estabilidad al Puerto.

Si se abordan las cuentas anuales referidas a 2014, se aprecia cómo los ingresos por tasa de ocupación de espacio portuario se situó en 4,6 millones de euros, el 29,5% del total, una cifra que hace cinco años era inalcanzable.

Por contra, el cobro de la tasa de utilización de las instalaciones portuarias, en especial para labores de carga y descarga, tanto de pasajeros como de mercancías, reportó unos ingresos de 7,17 millones de euros, el 45,8% del total. Estas cifras están lejos de las registradas en 2011, momento en que se facturaron 8,29 millones de euros por tasa de utilización y representaba casi el 50% de sus fuentes de financiación. A partir de ese momento se han encadenado tres ejercicios seguidos con pérdidas en estos ingresos, mientras que la ocupación se ha mantenido estable.

El análisis de las cuentas a lo largo del tiempo también permite apreciar un lento ajuste de personal, al pasar la plantilla de 183 a 177 integrantes el año pasado. Esto ha reducido la masa salarial en 412.000 euros anuales, al pasar de los 7,04 millones de 2011 a los 6,63 millones de 2014. La reducción se ha notado en la pérdida de tres puestos directivos y tres en el personal técnico y administrativo.