Equipos directivos y profesores de colegios e institutos de la provincia se extrañan de que a estas alturas del curso todavía no se haya puesto en marcha el programa de acompañamiento escolar, el plan de clases de refuerzo educativo por las tardes del que la Junta presume y que ha sido determinante para reducir las elevadas tasas de fracaso escolar, y con ello, de abandono prematuro de los estudios.

La Delegación Territorial de Educación destacaba el martes cómo este tipo de medidas han influido en que Andalucía haya reducido 15 puntos la tasas de abandono en la última década. Y aunque aún se encuentra por encima de la media nacional, mejora estos resultados al doble de velocidad que en el resto de España.

Muchos docentes no son capaces de quedar impasibles ante la aparente contradicción que supone vender como éxito un programa que tarda cada curso más tiempo en comenzar a funcionar.

Fuentes de Educación, sin embargo, aclaran que «hay que tener en cuenta que estas actividades educativas requieren una evaluación previa del alumnado que puede estar en condiciones de ser beneficiario de las mismas, por lo que no tiene demasiado sentido implementarlas justo al principio del curso».

«De hecho son los equipos docentes los que detectan las necesidades del alumnado y en función del su número se organizan los grupos que sean necesarios», insistieron las fuentes de la Delegación Territorial, que informaron de que, en todo caso, «en los próximos días se van a publicar las instrucciones que las van a regular este curso escolar».

Los profesores, puestos en contacto con La Opinión de Málaga, recuerdan que el pasado curso estas clases de refuerzo por las tardes no comenzaron hasta el 8 de noviembre. Y a este ritmo, sospechan que este año van a comenzar aún más tarde. «Estamos a la espera de las instrucciones, así que supongo que agotarán también noviembre e incluso diciembre para comenzar con presupuestos nuevos», señaló un profesor. «Cuánto más tarde, es dinero que se ahorra la Junta», afirmó otra docente.

Estas acciones se encuentran entre los programas de cooperación territorial suprimidos por el Ministerio de Educación, por lo que la Administración educativa andaluza asume en solitario su coste desde hace ya tres años.