Málaga ha sorteado la amenaza de la huelga de limpieza. Los trabajadores de Limasa acordaron ayer al mediodía suspender su comienzo, previsto hoy, asegurando la celebración de la Navidad sin problemas. La asamblea puso punto seguido a este conflicto, pero no el final. La huelga no se producirá ahora, pero los trabajadores insisten en guardarse esta carta ante un hipotético incumplimiento de la sentencia que obliga al Ayuntamiento y a la empresa a recuperar los derechos laborales que habían eliminado en 2013.

La desconfianza con la gestión municipal y de los concesionarios de la empresa de limpieza es máxima. La sentencia del juzgado número 8 acepta los argumentos de los trabajadores y exige que se recuperen, a partir del 1 de enero, los derechos perdidos. Esta resolución ha permitido desconvocar la huelga, pero no ofrecer seguridad a la plantilla.

El presidente del comité de empresa de Limasa, Manuel Belmonte, lo dejó ayer claro: «No nos fiamos cuando el Ayuntamiento ha demostrado que actúa con malas fe». Belmonte advirtió de que estarán vigilantes ante la posible aplicación de «triquiñuelas» para no ejecutar la sentencia.

Por eso no extraña que en la propia asamblea saliera a relucir esta desconfianza, con voces incluso que llegaron a plantear mantener la huelga, pero no secundarla, como medida de presión ante un posible incumplimiento. Finalmente, la gran mayoría optó por anular la convocatoria, pero también dar el mandato al comité de empresa para que tome las medidas necesarias en el caso de que no se ejecute la sentencia. Incluida una nueva huelga.

La primera prueba de fuego la tendrán el 2 de enero. Es el primer sábado del año y cuando se empezará a aplicar, de nuevo, el descanso de la plantilla el fin de semana. Sus puestos deben ser cubiertos por eventuales, por lo que el comité espera la contratación de más personal para cubrir ese día. Es más, consideran que serán necesarios 300 trabajadores más, que «son los que trabajan los sábados y que dicen que son necesarios para cubrir todos los servicios». Lo que pase ese sábado dará una idea de lo que ocurrirá en las siguientes semanas con la sentencia, que además implica que se abone la paga de productividad, eliminada en 2013 y que se debe recuperar el 31 de enero.

«La sentencia, que debe ejecutarse desde el 1 de enero de 2016, es muy contundente», insistió Manuel Belmonte, quien declaró que el tiempo «ha puesto a cada uno en su lugar».

Belmonte, quien aseguró que los trabajadores eventuales también mostraron su apoyo a la desconvocatoria de la huelga, insistió en que la decisión de los trabajadores «demuestra que somos responsables con la ciudadanía porque nos preocupa Málaga». «Somos trabajadores, no unos privilegiados», afirmó.

Nueva negociación. El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, reconoció ayer que las sentencias están para cumplirse y aseguró que el Ayuntamiento acatará la resolución del juzgado número 8. No obstante, matizó que los servicios jurídicos municipales están analizando su implicación y que solicitarán «una aclaración de la sentencia y, en función de lo que nos diga, actuaremos».

«La sentencia lo dice muy claro: hay que ejecutarla y así lo vamos a hacer», señaló Raúl Jiménez, quien quiso ser prudente de cara al futuro, para conocer antes «las repercusiones que tendrá para la empresa y el convenio» el cumplimiento del fallo judicial, que recupera la vigencia del convenio de 2010-2012 y que fue reducido con el acuerdo con el comité de empresa del año 2013. También dejó abierta la posibilidad de que el Ayuntamiento acuda al «recurso de súplica».

El concejal, que se mostró muy satisfecho por la desconvocatoria de la huelga, pidió al comité de empresa una reunión «cuanto antes» para negociar el nuevo convenio colectivo que sustituya al que ahora deberán aplicar por sentencia judicial.

El concejal defendió que el Ayuntamiento siempre ha defendido la negociación de un nuevo convenio, algo que propusieron comenzar hoy «pero nos han dicho que será mejor a partir de enero», afirmó Raúl Jiménez.

«Estamos dispuestos a negociar lo que sea necesario», resaltó el concejal, quien espera un acuerdo «fácil y rápido» porque «es lo idóneo». «Sabemos que las sentencias judiciales dan la razón a uno y no a otro, pero se pueden recurrir y que se dé la vuelta a la tortilla», advirtió.

Belmonte, por su parte, reiteró la intención de que «estamos abiertos a hablar con el Ayuntamiento y la empresa», pero insiste en que la negociación será a partir de enero, pero recordó que hasta que no apruebe uno nuevo, se debe aplicar el de 2010-2012.