La economía de la provincia de Málaga seguirá creciendo y creando empleo en este 2016 pero lo hará a un ritmo más moderado que en el pasado año, que se cerró con una subida del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,3%, la mejor tasa desde poco antes de que empezara la crisis. Y si en 2015, Málaga creció por encima del promedio andaluz (3,2%) y sólo fue superada en ritmo de actividad por Granada (3,4%) estando a la par con Sevilla, este nuevo ejercicio también parece reservarle una posición más modesta en el contexto andaluz. Así lo afirmó ayer la entidad Analistas Económicos de Andalucía, del Grupo Unicaja, que calculó en sus previsiones para 2016 un crecimiento del PIB en Málaga del 2,7%, por debajo de la media prevista para Andalucía (2,8%). El dato estimado para Málaga es de nuevo similar al de Sevilla y las sitúa a la cola de las ocho provincias: Granada, Almería y Huelva superarán el 3% mientras que Córdoba, Cádiz y Jaén sí estarán en la media de la comunidad.

Los responsables de Analistas, no obstante, restaron importancia a la retrasada posición que Málaga ocupa en estas previsiones y precisaron que, tanto por su relevante peso económico como por la mejor trayectoria de la provincia en estos últimos años, resulta lógico que su tasa de crecimiento no esté siempre entre las primeras. «Málaga no puede ser eternamente la que más crezca», apuntaron el consejero delegado, Francisco García Navas, y la coordinara de informes, Felisa Becerra, que recordaron que la provincia se adelantó en su momento al resto de la comunidad en la reactivación de su economía. Eso por no mencionar que el volumen de su PIB es mucho mayor al de otras, por lo que resulta más complicado liderar las subidas relativas anuales.

Al margen de esto, los representantes de Unicaja afirmaron que 2016 será un ejercicio que dará continuidad a la fase de «expansión» que parece haber tomado la economía andaluza, si bien el contexto internacional presidido por factores como la desaceleración de las economías emergentes (caso de China) marcará un año de crecimiento más atenuado que el anterior. En todo caso, suficiente para crear empleo en una Andalucía que seguirá «en recuperación». Se calcula que la cifra de ocupados creció en 2015 a un ritmo del 3,9% en la región, porcentaje que este año se quedará en el 2,9%. No obstante, García Navas y Becerra reconocieron las altas cifras de paro continúan siendo el «talón de Aquiles» de la economía andaluza. La región habría cerrado también el 2015 con un descenso del 6,5% en la cifra de desempleados dejando un promedio anual de paro del 32,4%, casi dos puntos y medio por debajo del ejercicio anterior. Para este 2016, esa tasa podría situarse en el 30,6%, con otra reducción del 5,4% en la cifra de parados. En el caso de Málaga, donde el empleo suele crecer a un ritmo más alto, el promedio se situaría algo por debajo de la media. De hecho, la provincia ha bajado en 2015 del 30% de tasa de paro por primera vez desde hace cuatro años.

Analistas destacó de la buena evolución de la provincia malagueña en 2015 indicadores como el incremento de las pernoctaciones hoteleras en el ámbito turístico, la subida de las exportaciones o, en el caso del segmento de la construcción, el aumento de compraventas de viviendas y de hipotecas. Entre los puntos más flojos, citó el descenso de la inversión en obra pública por parte de las administraciones, con una caída del 50%. Como deberes para este año en Málaga, García Navas propuso seguir elevando el nivel exportador (ahora que las importaciones también vuelven a subir) y trabajar para aumentar la estancias hoteleras nacionales, ya que el crecimiento viene del turismo extranjero.

Desde el punto de vista de la oferta, todos los sectores productivos andaluces habrían registrado en 2015 crecimientos anuales, destacando el 5,1% de la construcción (aunque partiendo de niveles muy bajos). La actividad sigue fundamentada en todo caso en el segmento de los servicios, que aporta el 70% del PIB y que creció el pasado año un 3,2%. Para 2016 se esperan subidas generalizadas, encabezadas de nuevo por la construcción (4,4%) y seguida de la industria (3,2%) y los servicios (2,8%). En lo que respecta a la demanda, todos los componentes crecieron en 2015 y lo harán de nuevo este año. El consumo final de los hogares lo hará un 3,1% y la inversión un 4,2%.

García Navas y Becerra reconocieron que la actual incertidumbre política para la formación del Gobierno condiciona cualquier previsión, al igual que lo hace el panorama económico exterior, pero evitaron hacer «valoraciones más estrictas» a espera de que el panorama se clarifique. «Hay que esperar el desarrollo de la situación. Las previsiones siempre están sujetas a todo tipo de incertidumbres», dijeron.