­La Guardia Civil detuvo ayer a un segundo implicado en el asesinato de Lucía Garrido, ocurrido en abril de 2008 en la casa en la que vivía en Alhaurín de la Torre. Este es el segundo arresto que se produce en relación con el caso en una semana. El arrestado en cuestión lo fue en Alhaurín el Grande y se le detiene en concepto de supuesto «autor» de la muerte. Es un exagente del Cuerpo en la fecha de autos, con destino en Coín.

El 30 de abril de 2008, el cadáver de Lucía fue hallado en la piscina de la casa en la que vivía con su hija tras una tormentosa separación de M. A. H., su exmarido, imputado una vez reabierto el caso en 2013 por homicidio y malos tratos. Fue el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Málaga el que tomó la decisión de retomar las pesquisas, pese a que los guardias civiles que las iniciaron no hallaron culpable conocido en 2009. La mujer murió ahogada tras ser apuñalada y golpeada con un ladrillo en la cabeza.

La semana pasada fue detenido otro de los autores en Mijas, en concreto el sicario. Este arresto fue posible gracias a una segunda investigación sobre los hechos encargada por un juez a la Policía Nacional, cuyos investigadores detectaron vinculaciones entre el exmarido y los agentes de la Guardia Civil que investigaron el crimen en primera instancia y sin ningún resultado hasta su archivo en abril de 2009. La principal hipótesis es la de un asesinato por encargo y en las relaciones del exesposo y los arrestados se trabaja ahora.

Las segundas pesquisas probaron la existencia de cuatro denuncias por malos tratos y amenazas a Lucía por parte de M. A. H., su obsesión por recuperar la vivienda familiar, que la fallecida ocupaba por decisión judicial, para usarla como depósito de animales decomisados por el Seprona, la unidad del Instituto Armado en la que él tenía varios contactos. La policía no tardó en reunir testimonios que evidenciaban que M. A. H. odiaba a la víctima, que conocía a personas que podían ejecutar el crimen y que no dejaba de repetir en su entorno que lo haría. La investigación sigue secreta, pero no se descartan nuevas detenciones.