­Desde ayer y hasta mañana Málaga acoge el XXXI Congreso Nacional de Medicina Estética, una cita que reúne en el Palacio de Congresos a 1.500 profesionales del sector y que pretende ser punto de encuentro sobre el presente y el futuro de esta disciplina de la medicina. La presidenta de la SEME advierte de la importancia de acudir a un profesional que esté titulado y sepa lo que hace siguiendo el dicho de «más vale prevenir que curar».

Los estudios constatan que los tratamientos médico estéticos van en aumento. ¿Por qué?

Desde 2012 hasta ahora ha aumentado un 8%, es un crecimiento muy importante porque creemos que la imagen realmente es muy importante para las mujeres. Al final, lo primero que presentamos ante los demás es la imagen, desde los egipcios vemos técnicas de embellecimiento, y otra realidad es el envejecimiento de la población, que vive más y quiere hacerlo en las mejores condiciones de salud y aspecto. También hay cada vez hay más técnicas, más médicos y una inversión en investigación más importante. España es el único país con un posgrado universitario en medicina estética. Esto ha hecho que la sociedad esté cada vez más motivada y vea los beneficios no sólo de algo frívolo como es sentirse bien, que también es importante, sino que mejora a la persona desde el punto de vista preventivo. Si el paciente nos escucha y atiende a nuestros consejos dietéticos y de vida, diez años después se sentirá mucho mejor, por eso nuestra pretensión es hacer tratamientos integrales.

Definen el uso de la medicina estética como una garantía de bienestar individual. ¿Se están eliminando tabúes respecto a tratarse sin que exista un problema de salud?

La medicina estética es tratar sin cirugía y se usa cada vez más porque los resultados que obtenemos son cada vez mejores y porque engloba el concepto de naturalidad, las personas que lo buscan ven qué se les ofrece y que se trata de cambios progresivos que no son tan bruscos como con la cirugía, porque mejora los aspectos de la piel, la arruga, y hace que se le vaya perdiendo el miedo. El paciente se hace el tratamiento y a los 15 o 20 días ya se le nota, la gente también le ve mejor y esto es lo que la gente busca, una mejora gradual que se nota pero que no implica un cambio en la fisionomía. Por eso se supera el pinchazo, porque al final el miedo está en el resultado. Son técnicas poco dolorosas y hay métodos para paliar la sensación: la medicina estética cada vez tiene resultados más naturales y progresivos.

¿Cuáles son los reyes de la baraja de la medicina estética?

El que más, el que dio origen, es el tratamiento de la celulitis, en segundo lugar tratar el envejecimiento, como arrugas de expresión, piel opaca, secuelas de acné... Y ahora está entrando con fuerza la estética íntima que entra con fuerza, de hecho en Hispanoamérica nos llevan gran ventaja. La gente primero se arregla el cuerpo, luego la cara, y ahora la zona íntima porque quiere sentirse bien y cómoda, no solo se trata de una mejora estética, sino de confortabilidad.

¿Qué tipo de usuario demanda estos servicios?

Como en toda la medicina estética, mujeres a partir de los 50 años. Sobre todo demandan rejuvenecimiento de labios mayores, porque con la edad se empieza a perder elasticidad y aquello que era voluptuoso y bonito está flácido y con no tan buen aspecto. Aparte, cuando empieza la premenopausia baja el nivel estrogénico y puede ocasionar problemas en las relaciones, son muchos síntomas molestos y la mujer se retira de la vida sexual como si no le interesara. Con estos tratamientos poco agresivos puede volver a mejorar. También se demanda el blanqueamientos con láser, tanto en hombres como mujeres. Todo esto es una comodidad que además les facilita seguir con una vida sexual activa, muchas mujeres se encontraban con dolor, picores, síntomas muy molestos que les hacía rechazar todo tipo de acercamiento, y tal y como está ahora la sociedad muchas personas a esa edad quieren rehacer sus vidas.

¿Se sienten ahora este tipo de pacientes menos juzgados?

Llevo treinta años en esto y hasta hace diez sí se sentían así, hasta para adelgazar. Cada vez la gente lo comenta más con su círculo, antes se ocultaba, hoy muchos entienden que no hay milagro y que hay algo más que los cosméticos, el 95% es referencia de otros pacientes, es decir, al ver buenos resultados se sienten menos estigmatizadas.

¿La cosmética es un enemigo o un aliado de esta medicina?

Es una compañera imprescindible, necesaria. Muchas de nuestras técnicas requieren a su vez de cirugía o del uso de cosméticos, siempre es bueno si colaboramos las tres ramas, incluida la cirugía estética.

Siempre se ha visto como una medicina elitista. ¿Se han abaratado los costes con la extensión de su uso?

La medicina estética puede tener precios muy competitivos cuando no se utilizan productos de la industria, es decir, cuando se está en manos del médico y de sus conocimientos, pero siempre es más barata que la cirugía estética. Los productos de calidad son caros, hay ácido hialurónico a muchos precios, pero tiene que ser uno de buena calidad y eso puede hacerlo más caro. La toxina es un medicamento regulado que no se puede poner a otro precio que no sea el de farmacia y los equipos láser necesitan una inversión muy grande y gasta muchos consumibles... En 2012 se hizo un estudio en el que los pacientes gastaron de media anual 500 euros. Sigue habiendo un hándicap de los equipos y productos.

¿Padecen mucho intrusismo?

Sí, el mayor problema es con el intrusismo no médico. Tenemos un departamento que cada día manda burofax y presenta denuncias de personal no médico que anuncia tratamientos médicos estéticos. Para eliminar una mancha o una variz mínima tiene que haber un diagnóstico y un tratamiento en el que se tenga en cuenta la historia clínica, porque una mancha puede tener debajo un melanoma y eso puede hasta estimularlo. Tiene que ser un médico con su formación en medicina estética y luego que esta sea continuada. Los pacientes tienen que saber que lo que se pincha se está integrando en el cuerpo, queremos que sea efectiva y segura.

¿Parte de esa seguridad la dará el Diploma de Acreditación y Acreditación Avanzada específico para Medicina Estética?

Claro, pero la situación política lo ha dejado en stand by, ya está todo preparado para que se lance, mientras los colegios de médicos están emitiendo diplomas a los formados reconociendo esa formación y esa garantía y desde la SEME se han hecho catorce protocolos de práctica clínica que los juzgados piden. Esto es serio, la persona no va para que le salvemos la vida, es para mejorar, por eso la seguridad tiene que ser total.

¿Tiene la medicina estética cuota con el turismo de salud?

España tiene un posicionamiento internacional en la medicina estética, es la única que ha exportado protocolos de práctica clínica y el único país con formación universitaria. Los pacientes saben que España tiene buenas referencias y las personas que viajan hasta aquí aprovechan y se hacen una técnica con poca agresividad. La Costa del Sol tiene referencias y una proyección en muchos países tremenda, como Canarias, Barcelona y muchos conciertan citas por internet por las referencias. La mayoría de estos pacientes son de China, Rusia y los países nórdicos.

¿Cuáles son sus retos?

El primer retoque que queremos hacer es que el diploma de acreditación avanzada se desarrolle por el Ministerio de Sanidad y las comunidades. Lo segundo es la investigación, hemos creado una ayuda económica a la investigación y el otro reto es la bibliografía, que va generando un banco de datos y por último llegar hasta la población para garantizarle una medicina estética de calidad, eficaz y segura.