La huelga de Limasa ha entrado en una espiral de acción y reacción que puede tener consecuencias imprevisibles en las próximas horas. El Ayuntamiento cumplía con su advertencia expresada a mediodía por boca del alcalde, Francisco de la Torre, y a media tarde había contratado ya a una empresa externa que inmediatamente comenzó a retirar los residuos en varios puntos de la ciudad considerados críticos por la Policía Local.

Poco después, el comité de empresa de Limasa consideraba «una provocación y una grave irresponsabilidad» este hecho y hacía responsable al Ayuntamiento «de los incidentes que puedan surgir debido a imprevisibles situaciones conflictivas».

Comienza la recogida. De hecho, un centenar de trabajadores de Limasa se apostó en la entrada de las instalaciones de la empresa en Los RuicesLos Ruices para tratar de impedir la entrada de los camiones cargados de residuos; un importante despliegue de fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional contuvo a los trabajadores. Ello no impidió que se vivieran escenas de tensión pero sin incidentes .

Las primeras actuaciones para recoger la basura primeras actuaciones para recoger la basurase produjeron a partir de las seis de la tarde en las calles Álamos, Juan Sebastián Bach, (La Paz), Antonio Martelo (Cruz de Humilladero), Antonio Luis Carrión (Cruz de Humilladero) y en la calle Joaquín Rodrigo, esquina con la avenida de Los Guindos. Según informó un portavoz municipal, «la contratación de este servicio se ha producido estrictamente por motivos de seguridad, con carácter inmediato y urgente, en virtud de un decreto firmado ayer por el alcalde.

En la calle Álamos la acera quedó despejada para permitir el paso de peatones, que se veían obligados a caminar por la calzada con el riesgo de atropello. En la calle Antonio Martelo (Cruz de Humilladero) se despejó la acera y residuos que invadían la calzada, además de eliminarse el riesgo de incendio en casas colindantes. En la calle Antonio Luis Carrión (Cruz de Humilladero) se despejó la acera y se eliminó el riesgo de incendio en viviendas colindantes. En las calles Juan Sebastián Bach esquina Haendel y esquina Schubert (Carretera de Cádiz) se eliminó el riesgo de incendio en viviendas colindantes. En la calle Joaquín Rodrigo, esquina avenida de Los Guindos, (Carretera de Cádiz) se actuó ante el mismo riesgo que en la anterior.

En estas operaciones intervino una cuadrilla formada por un camión remolque y cuatro o cinco trabajadores. La empresa contratada para la ocasión es Franisa, que trabaja habitualmente con el Ayuntamiento a través de contrataciones menores.

Los trabajos estuvieron muy vigilados por agentes de la Policía Local pertenecientes al GOA (Grupo Operativo de Apoyo), la Nacional e incluso la Policía Autonómica. En el caso de la calle Juan Sebastián Bach participaron cuatro trabajadores recogiendo basura vigilados por doce policías.

Un camión con tres operarios comenzó poco antes de las 18.00 horas a recoger una gran acumulación de basura en la calle Álamos, que bloqueaba el acceso a las viviendas allí situadas. Los trabajadores estuvieron escoltados por efectivos de la Policía Nacional y Local, que cortó el tráfico a la altura de la calle Peña, desviando a los coches por esta vía.

En esta operación, la retirada de residuos se realizó entre los gritos de un grupo de integrantes de la CGT, que se plantaron delante del camión con dos pancartas con los lemas «Stop represión» y «En apoyo de la huelga de las trabajadoras de Limasa», que gritaron consignas en contra de la recogida, como «esquiroles», «estáis reventando el derecho de huelga» y «la fuerza de la lucha obrera, la solidaridad». Una operación similar se realizó en la calle Antonio Martelo, sin incidentes y con amplia vigilancia policial.

Las actuaciones no cogieron por sorpresa, pues el alcalde ya lo había anunciado al mediodía. De la Torre advirtió de que el Ayuntamiento contemplaba la contratación , «por razones de seguridad», para recoger en puntos concretos la basura acumulada tras una semana de huelga, Precisamente, el alcalde fue claro ante las demandas de la plantilla y dijo: «No vamos a ceder más».

«Nuestro objetivo es acabar con esta huelga cuanto antes», afirmó, al tiempo que señaló que «vamos a actuar utilizando todos los medios a nuestro alcance que nos permita la legislación vigente», haciendo referencia por ejemplo a la seguridad -riesgo de incendio, invadir calzadas, impedir el paso de peatones.- «El derecho a la huelga es incuestionable, pero tiene un límite en el derecho de los ciudadanos a la seguridad y a la salud».

Al respecto, dejó claro que «nuestro trabajo es defender los intereses de más de 570.000 malagueños, sus intereses son los de todos, los intereses generales, y no satisfacer únicamente las aspiraciones de los 1.500 trabajadores de Limasa, que son respetables, pero particulares». Una ciudad en la que «aún hay más de 70.000 parados».

Una huelga que el alcalde volvió a tachar de «excesiva e injustificada», así como su prolongación, aprobada por los trabajadores en la noche del pasado lunes. Además, de nuevo exigió al Gobierno andaluz el incremento de los servicios mínimos, ante el incumplimiento de los mismos, que se traduce en que sólo se esté recogiendo un tercio de la basura habitual.

Ciudad chantajeada. De la Torre se mostró «abierto al diálogo» con el comité de empresa y, de hecho, dijo que mantenía la oferta puesta sobre la mesa en la madrugada del pasado lunes, a excepción de los puntos relativos a retirar las sanciones por bajo rendimiento y los descuentos en la nómina por el paro sin previo aviso de la mañana del 18 de enero.

«No vamos a ceder a partir de este punto porque estamos hablando del dinero de todos los malagueños», aseveró, añadiendo que «las condiciones laborales de los trabajadores de Limasa se sostienen con los recursos públicos.

Según el alcalde, «los ciudadanos no entenderían avanzar más, porque ya hemos llegado muy lejos buscando un consenso y que la huelga terminara». «Hay quien piensa que ya hemos ido muy lejos». En este punto, advirtió de que la imagen de la plantilla de Limasa «puede acabar muy deteriorada si persisten en su actitud». Más aún, les dijo, «no olviden que los malagueños piensan que la ciudad está siendo chantajeada».

Por último, el portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, trasladó que su grupo apoya «plenamente» al alcalde ante el conflicto de Limasa y valoró su «buena voluntad» para «desatascar» la situación. Sin embargo, criticó que los socios privados, «no estén ni se les espere».

Cassá hizo un llamamiento al resto de grupos de la oposición: PSOE, Málaga Ahora y Málaga para la Gente, para que «hagamos frente común» a este problema, al tiempo que pidió «responsabilidad» al comité de Limasa.