­Baches, grietas y deformaciones del pavimento. Este es el panorama que presenta una parte de las pistas del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, que se encuentra en un estado de conservación que reclama una actuación urgente para evitar males futuros. Eso ha llevado a Aena a convocar un concurso para hacer un reparcheo de las pistas del campo de vuelo original, donde se han detectado estos problemas debido la intensidad del uso de estas instalaciones.

El contrato, con un importe de 1,44 millones de euros y nueve meses de plazo, se centra en una serie de arreglos puntuales y sustituyendo el pavimento flexible por otro rígido que permita alargar la vida útil de las pistas sin tener que suspender su actividad normal para arreglos más profundos.

El mal estado del pavimento afecta sobre todo en los apartaderos de espera en la cabecera de la pista de aterrizaje, los apartaderos de aviones y viales de servicio. Las fisuras y los baches en el pavimento son los principales problemas que se identifican en el estudio previo, aunque también se localizan asentamientos del terreno en las calles denominadas «Lima» y «Quebec», producidas encima de las estructuras de túnel que pasa bajo dichas calles y que se producen por los asentamientos típicos de los muros pantalla.

Para facilitar la ejecución de las obras, el plan de trabajo ha sido divido en cinco fases, que se acometerán de forma independiente y sucesiva, de forma que no se empiece con la siguiente hasta no haber terminado la anterior fase. De este modo, se asegura que se mantenga la operatividad del aeropuerto en todo momento.

La solución adoptada es intermedia entre una actuación preventiva, más frecuente, y otra de más importancia que obligaría a acotar amplias zonas durante más tiempo y con un coste mayor. Las cinco fases en las que se divide el trabajo permite mejorar el pavimento de forma notable sin afectar el servicio normal, frenando un mayor deterioro.

Para acometer dicha mejora en el pavimento se proponen distintas actuaciones, en función de la gravedad del problema. En las plataforma de retroceso se sustituirá el pavimento flexible deformado por un pavimento rígido, con idea de solventar el problema de la deformación de la pista, tras varias actuaciones que «no han sido eficaces», detalla el proyecto. En las vías de servicio se repararán las grietas y los baches mediante el sellado de grietas, la aplicación de una o dos capas de microaglomerado, el fresado y sustitución del pavimento o la demolición de toda la zona para su arreglo en profundidad, en función de la gravedad de los daños.

El plazo de los trabajos es de nueve meses, que se coordinarán con la actividad normal del aeropuerto, aunque empezarán tras verano.