El arquitecto Javier Pérez de la Fuente, jefe del departamento de Arquitectura de la Gerencia de Urbanismo y director de las obras de rehabilitación de Tabacalera, aseguró en su comparecencia en la comisión de investigación de Art Natura, creada para tratar de conocer las causas que finalmente frustraron el museo de las gemas, promovido por la entidad Royal Collections, que los retrasos en las obras del edificio, -que tenían un plazo de ejecución de 18 meses y se alargaron más de tres años- se debieron a la necesidad sobrevenida de reforzar los cimientos del edificio con un actuación de micropilotaje que duró 14 meses, y que no estaba prevista en el proyecto básico. Otro de los puntos que provocaron el museo fallido fueron «las múltiples modificaciones al proyecto que continuamente presentaban los de Royal Collections»; un total de 40 que, a su juicio «no eran razonables», en su mayoría, y que hubieran supuesto «un sobrecoste de 10 millones de euros».

Pérez de la Fuente se apoyó en estas dos razones para asegurar que «no existe responsabilidad alguna del Ayuntamiento en los retrasos».

Por contra, desde la oposición se duda de que los problemas de cimentación no hubieran podido apreciarse antes y mostraron algunos escritos en donde técnicos de Urbanismo hablan de la existencia de esos problemas «antes de que se aprobara el proyecto básico». Al respecto, Pérez de la Fuente repitió que el micropilotaje de la cimentación «era lo más seguro y viable y garantizaba la estabilidad del edificio».

El PSOE insistió en que las modificaciones no eran tales, pues la mayoría estaban en el proyecto básico y que «desaparecieron» luego en el proyecto de ejecución «por decisión de la alcaldía», señaló su portavoz, Mari Carmen Moreno. Pérez de la Fuente explicó que se atendieron las modificaciones «razonables», que tenían viabilidad «técnica y presupuestaria».

Respecto a la denuncia formulada por el PSOE sobre varias viviendas construidas en Tabacalera, el arquitecto señaló que no se puede hablar de viviendas, sino de alojamientos temporales para investigadores. Eran seis, todos muy pequeños, tres de ellos con baño y dormitorio y otros 3 con cocina; en total ocupaban 200 metros cuadrados.

En la comisión compareció el también arquitecto Bruno Segovia, cuya aportación fue menor dado que fue contratado por Royal Collections en 2011, cuando ya el proyecto estaba liquidado.

Segovia señaló que, aunque el micropilotaje de la cimentación «era previsible» y podía haberse incluido en el proyecto básico, su ejecución «no responde a la existencia de vicios ocultos», pues en ese caso hubiera permitido a Royal Collections exigir la reclamación de daños y perjuicios.