­Los pantanos malagueños están por debajo del 40% y a la espera de que las lluvias, que pueden llegar a partir de hoy, mejoren su caudal en este otoño, pero la Junta de Andalucía cree que el volumen de agua embalsada en estos momentos sería suficiente para atender la demanda de este año hidrológico (de octubre a octubre). Sin embargo, la Administración no descarta que en un futuro cercano haya que tomar medidas limitadoras, ya que si el ejercicio es extramadamente seco habría que ahorrar recursos para atender la demanda de 2017-2018.

Así quedó patente en la reunión que mantuvieron ayer responsables de la Consejería de Medio Ambiente con usuarios del agua, en la que se analizó el último año hidrológico y se plantearon los escenarios a los que se puede enfrentar la provincia si las precipitaciones se hacen de rogar. Los embalses de la provincia suman en estos momentos 243 hectómetros cúbicos y sólo La Concepción, que abastece a la Costa del Sol tiene un buen nivel de llenado, con un 57%. Sin embargo, la Viñuela y las presas del Guadalhorce se encuentran en situación de prealerta de sequía. Hasta ese punto ha llegado la provincia al encadenar tres años años secos, de los que el último ha sido el peor, ya que en esos doce meses el Guadalhorce sólo ha recibido 41,8 hectómetros cúbicos frente los 155 de media habitual y la Viñuela se ha quedado en un 19% de su media.

Como ya informó este periódico, el peor escenario que baraja la Administración es que las lluvias se mantengan en estos próximos meses en los mínimos históricos, lo que conllevaría declarar la alerta de sequía en febrero. Todo escenario que mantenga las precipitaciones por debajo del 50% de lo habitual, además, llevará a estar en alerta como muy tarde en mayo.

En este último caso, la Junta admite que ya sería necesario tomar medida para limitar las demandas para alcanzar un ahorro de 11 hectómetros, correspondientes al riego de Guadalhorce y Axarquía.

Si las lluvias son un 25% de lo habitual las limitaciones serían mayores para lograr un ahorro de 26 hectómetros. En el caso más extremo, con mínimos de lluvias, la Administración admite que sí sería necesario abordar medidas de ahorro en el abastecimiento humano.

En principio, si el año llega acompañado de lluvias la provincia podrá contar para los próximos meses con 182 hectómetros cúbicos, de los que 123 serían para suministro ciudadano y 59 para atender la demanda de riego.

Para cada sistema de embalses se están estudiando ya medidas de cara a solucionar una posible falta de caudal y para asegurar el suministro. En el caso del Guadalhorce, se plantea darle más uso a las aguas salinas del Guadalhorce con la desaladora del Atabal, recuperar pozos en el entorno de Fahala y la Aljaima y conectar con el sistema de la Costa del Sol -lo que sólo se podría dar si no hay alerta-.

Riegos. Para la Costa del Sol se plantea, si la situación no es buena, darle más uso a la desaladora y el uso de pozos, y en el caso de la Axarquía también se estudiaría recuperar pozos que fueron realizados para el último periodo de sequía. En esta última comarca, donde el debate se ha abierto estas últimas semanas por la situación a la que se pueden enfrentar los subtropicales por la falta de agua, el riego se vería afectado si la Viñuela no logra recargar su caudal, ya que en casos extremos la aportación para riegos se podría ver reducida en hasta un 50%.

Las previsiones de la Aemet apuntan que la lluvia llegará este fin de semana a la provincia de Málaga y se quedará durante unos días. Se espera que las precipitaciones se mantengan al menos hasta el martes, lo que podría beneficiar tanto a los pantanos como al campo malagueño.