Veinticinco personas han sido detenidas por introducir grandes cantidades de hachís desde Marruecos a Europa, Libia y Egipto. Con células en Melilla, Málaga, Lorca (Murcia), Algeciras (Cádiz) o Alicante, y ramificaciones en Francia y Alemania, la investigación de Policía Nacional, Guardia Civil y Agencia Tributaria ha permitido intervenir más de cinco toneladas de hachís, dos embarcaciones nodrizas, otras cinco neumáticas, vehículos, armas, dinero, teléfonos, ordenadores y documentación. La gran estructura con la que contaban los detenidos les permitía utilizar dos modus operandi. Según el Ministerio del Interior, el primero consistía en ocultar la droga en dobles fondos de vehículos que embarcaban en los puertos de Melilla y Nador (Marruecos) con destino a Málaga, Motril, y Almería. Para ocupar estos «coches mulas» utilizaban a familias con niños pequeños que desviaran la atención policial e incluso elegían el puerto que más les convenía en cada momento. Cuando la droga llegaba a la península la almacenaban en guarderías como la localizada en el municipio de Villanueva de la Concepción, donde había más de 200 kilos de hachís.

Sin embargo, el método más productivo eran los barcos nodriza. Adquiridos a través de empresas pantallas, documentaban las embarcaciones legalmente y aumentaban la capacidad de los tanques de combustible para realizar grandes travesías. Una vez en el mar, transbordaban la droga a embarcaciones menores en aguas internacionales de Argelia para trasladar el hachís a Libia y Egipto, destino final donde podían cuadruplicar el beneficio. Precisamente en aguas internacionales, a unas 100 millas de la costa de Argelia, fueron abordados dos barcos que transportaban 950 y 4.000 kilos de hachís, respectivamente.