­Con tan solo 15 años ya tenía claro que el tenis para él traspasaba la frontera de un simple hobbie y quería dedicar su vida a este deporte. Una decisión que tomó a una edad temprana y que ha marcado por completo su camino para lograr su sueño:Vivir del tenis.

Amarit Sánchez es un joven de 29 años natural de Fuengirola que hace tiempo que dejó su tierra atrás. Desde que tiene 21 años vive en EEUU donde obtuvo una beca como deportista y ha cursado Empresariales. El principio fue difícil y tras un primer año en Nashville (Tennessee) logró seguir sus estudios en California. «Por la mañana iba a clases y por la tarde entrenaba. Fue increíble, una experiencia muy buena a nivel personal y profesional», explica este malagueño con raíces españolas y tailandesas.

La comida, la vida social y su familia es lo que más echa de menos de su país natal pero eso no ha impedido que siga luchando por cumplir su sueño. Tras terminar sus estudios adquirió una visa de trabajo y partió a San Francisco, donde estuvo un año y medio en una universidad ejerciendo como profesor de tenis. Su contacto diario con alumnos y su empeño por continuar mejorando van dando sus frutos. Ha entrenado a la joven Carson Branstine, la número 5 en USA y número 79 del mundo en la actualidad.

Su horizonte profesional no queda ahí y desde hace dos años, aproximadamente, es codirector de un club de tenis en California donde continúa su periplo como entrenador. Una faceta que potencia día tras día e incluso ha logrado entrenar con algunos de los mejores para seguir progresando. Nombra con orgullo a Nick Bollettieri, entrenador de primera que ha trabajado con André Agassi, Pete Sampras o María Sharápova.

Pronto empiezan los trámites para intentar obtener la green card (la residencia en EEUU) y se muestra tranquilo ante el nuevo presidente del país, Donald Trump. «Sus políticas pueden afectar a otras personas pero yo estoy en una situación regularizada», sentencia.

Vuelve por Navidad a casa y aunque reconoce que irse después de estar con la familia es difícil, en dos días se le pasa. «He aprovechado para viajar por aquí. Hay un montón de cosas que hacer», explica.

Ocho años fuera de casa al otro lado del charco ya suena complejo, pero el gen aventurero parece que acompaña a Amarit desde bien joven. Su decisión de dedicarse al tenis fue acompañada por irse con solo 15 años tres años a la escuela de Juan Carlos Ferrero en Alicante. En su palmarés como tenista cuenta con el reconocimiento como Campeón Nacional de EEUU. Desde los seis años entrena gracias a su padre, entrenador también, y una constancia imparable parece que da sus frutos.

Tiene una vida allí donde el verano dura algo más que en Málaga. En su tiempo libre le gusta ir a la playa, surfear o visitar algún rincón que aún le queda por conocer. «El tiempo aquí es increíble y estoy al lado de San Diego y Los Ángeles», expresa. «Me gustaría seguir aquí y sacar un gran jugador a la vista», detalla.