­La jornada de ayer, en la jaima, estuvo repleta de niños que dejaban su carta al emisario real con la esperanza de tener el día de reyes sus juguetes bajo el árbol. Al igual que el día anterior, muchos pedían regalos no materiales, regalos de otro tipo, como Pablo, que con nueve años pidió «buena suerte y cositas para los niños sirios». Otros como Guillermo, de seis, deseaban paz y amor para todos.

Por la jaima han pasado niños de todas las edades pero todos tenían algo en común y es que todos ellos presumían de sus buenas notas y de lo bien que se habían portado durante el año, aunque muchos estaban convencidos de que los Reyes Magos no iban a traerles todo lo que querían. Darío, de 11 años, ha pedido sorpresas para sus padres y para él, también ha pedido un portátil, pero cree que esto último no podrá ser, aunque no ha perdido la esperanza.

Otros, están seguros de que sus majestades van a portarse bien con ellos y van a encontrarse bajo el árbol todo lo que quieren; como Juan Santiago, de ocho años, que de mayor quiere ser cirujano y ha pedido un maletín y un disfraz de médico además de una canasta de baloncesto; o Diana de siete años, que ha pedido ropa para ella y para su madre, «quiero la camiseta que cambia y unos pantalones rotos».

Algunos llevaban listas de regalos tan grandes que no podían acordarse de todo, aunque también la vergüenza hacía que no les salieran las palabras.

Los niños pidieron regalos de todo tipo, desde muñecos a juegos de mesa o electrónica.

Algunos pidieron relojes como Paula, de 12 años o Luis, de 9. También tuvieron presencia los teledirigidos, pero hay regalos tan clásicos como la bicicleta o los juegos de mesa que siempre aparecen en las cartas que recoge el emisario.

Los más pequeños suelen elegir juguetes, como Dani que tiene tres años y pidió a los Reyes la Patrulla Bus de la Patrulla Canina o Irene, de cuatro que quería un Nenuco con su ropita y su armario. Rafa, con sólo dos años, pidió un patinete y unas zapatillas.

Había niños que contaban que empezaron a escribir su carta hace meses y otros niños escribieron una lista improvisada justo antes de pasar a ver al emisario. Sin embargo, todos tendrán que esperar. El cartero real recogió cartas y escuchó a los niños que, acompañados de sus padres, pasaban ayer por la calle Granada. La jaima -iniciativa de La Opinión de Málaga y Bioparc-, ha estado tres días recibiendo a los más pequeños por las mañana y por las tardes. Ahora les toca esperar a que el emisario real lleve los recados a Oriente Medio para así, poder recibir el día de Reyes lo que tanto querían.