­­Una de las decisiones más inteligentes que se anunciaron en 2016 fue la vuelta de Cerveza Victoria a la capital. Tras repasar el legado de los Franquelo incluso se puede llegar a pensar que la cerveza es un invento malagueño. Probablemente sea hasta verdad, pero antes de empezar a especular conviene reparar en el nuevo paso dado este jueves. La cervecera dio por finalizada la primera fase de la obra que culminará en su nueva fábrica, y que cerrará el círculo de la vuelta de Cerveza Victoria a los orígenes. Una vuelta que, con toda probabilidad, será en Semana Santa. De acuerdo con los operarios de Sacyr que trabajan sobre el terreno, esa es la fecha que habría elegido la marca para abrir las puertas de su nuevo centro de producción. Salvando posibles retrasos en la entrega de la obra, coincidiría con una de las semanas de mayor consumo de cerveza del año.

Antes de proseguir con la construcción de los laterales de la futura fábrica, ubicada en la avenida Velázquez, justo en frente del Palacio de Deportes, tuvo lugar un acto simbólico en sintonía con los sentimientos de procedencia: la tradicional colocación de bandera. En una cita que estuvo encabezada por el director comercial y máximo responsable de la marca en Málaga, Sergio Ragel, se izó enseña. La primera, la verde y morada. El pendón de Málaga. La segunda, en honor a la propia marca. Tras esta escenificación, tuvo lugar un almuerzo al que asistieron tanto el personal de la obra como los arquitectos del proyecto. La responsabilidad de los trazos, en este caso, es del estudio malagueño Gana.

Cifras y dimensiones

Para fabricar cerveza en cantidades industriales se precisa de instalaciones en relación al cometido. La nueva planta se dividirá en cuatro áreas diferenciados. La cervecería, donde tendrá lugar la cocción de la cerveza, será el alma de la fábrica. En esta zona también estarán los tanques de fermentación y la bodega de guarda, donde la cerveza madura. Un proceso artesanal que permite el consumo en óptimas condiciones. La estructura de la futura fábrica tendrá su principal atractivo visual en el frontal que pegará a la carretera. Un espacio diáfano de casi 900 metros cuadrados en la planta baja.

Otro punto a favor de la nueva fábrica será también la zona reservada al museo. Un espacio que permitirá indagar en la historia de Cerveza Victoria. Una ciudad crece y descuida sus lugares, pero nunca es tarde para contarle al más joven que allá por 1930 se fraguó el proverbio. «Malagueña y exquisita», se dice una vez calmada la sed. Según Ragel, el museo también servirá para acoger tertulias y eventos de diversa índole. «Los martes de Cerveza Victoria» podría convertirse en un fijo. También está previsto que se lleven a cabo visitas en grupo. Catas organizadas con buen gusto, asegura Ragel. Una oportunidad para degustar la cerveza en sus diferentes sabores y tonalidades. De la responsabilidad de cada uno dependerá, ya mismo, salir de allí consciente o con la cabeza del revés.