­Algunas comienzan temprano. A las nueve de la noche ya están en su puesto de trabajo. Su horario depende de los servicios que consigan y del dinero que entre en sus bolsillos. Pueden ver amanecer desde el Polígono de Guadalhorce aunque para muchas, la jornada laboral termina mucho antes si ven aparecer una patrulla de Policía Local. «Necesitamos el dinero. Tenemos que trabajar para pagar el piso, las facturas y los impuestos», confiesa Katerine que se queja de la actividad política en la ciudad: «Nosotros hemos elegido a los políticos para que nos ayuden y no para que hagan únicamente obras en las calles».

Ante el incremento de las denuncias por parte de la Policía Local desde la entrada en vigor de la ordenanza municipal relativa a la convivencia varias mujeres aseguran que estarían dispuestas a reunirse con el alcalde, Francisco de la Torre con el objetivo de conseguir otro trabajo. «Si a mí me ofrecen otro puesto dejo la prostitución para siempre», asegura Katerine que añade: «No somos delincuentes solo nos buscamos la vida. Tenemos que hacer frente a nuestros gastos».

Muchas de las mujeres que trabajan a diario en el Polígono de Guadalhorce tienen que mantener a una familia asegura Katerine que confiesa que muchas veces reciben malos tratos por parte de algunos agentes. «Hay policías buenos y otros malos pero nosotras no somos delincuentes para que nos detengan ni nos persigan, nos estamos ganando la vida», sentencia la joven que espera que el problema se resuelva cuanto antes y no vuelva a recibir una denuncia de más de 500 euros a la que, dice, no puede hacer frente. «Yo no puedo pagar tanto», sentencia.