Un avión con 186 personas a bordo se vio obligado hace unos días a realizar un descenso de emergencia tras sufrir tres avisos que indicaban un problema de presurización en la cabina, el sistema que bombea aire dentro del aparato para compensar la baja presión atmosférica exterior que en grandes alturas dificulta la respiración. La tripulación de la aeronave, un Airbus A-320 operado por Vueling que iniciaba el trayecto Málaga-Barcelona, llegó a declarar mayday y descendió inmediatamente para garantizar la seguridad del pasaje, tal y como establecen los protocolos. Tras bajar más de 6.000 metros, los pilotos decidieron no continuar el vuelo a Barcelona en tales condiciones y aterrizaron en Alicante sin que fuera necesario usar las máscaras de oxígeno ni se produjeran heridos entre los 179 pasajeros y 7 tripulantes.

El suceso, cuya información preliminar ya se encuentra en manos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), ocurrió el pasado martes 21 de febrero poco después de que el avión despegara del aeropuerto de Málaga. Los primeros datos indican que el episodio se inició a las 20.41 horas, justo cuando el avión alcanzaba el nivel de vuelo FL100 (unos 3.050 metros medidos por el altímetro de a bordo) y saltaron dos avisos "casi simultáneos" de Air ENG 1 Bled Abnorm PR y Air Pack 1 Fault. El informe añade que la tripulación, "tras un intento no satisfactorio de reseteo del sistema afectado", decidió continuar el ascenso limitándolo FL300 (más de 9.000 metros). Ya a esta altura, una tercera alerta denominada Air Pack 2 Fault provocó que los pilotos declararan mayday e iniciaran un descenso de emergencia de más de 6.000 metros hasta situarse de nuevo en FL100. En este punto, el documento añade que no fue necesario el uso de las máscaras de oxígeno y que la tripulación decidió desviar el vuelo al aeropuerto de Alicante, donde aterrizó a las 21.08 horas sin heridos ni daños en la aeronave.