Fueron los primeros montañeros o los últimos románticos, pues en septiembre de 1859, cuando decidieron dejar las comodidades del balneario de Lanjarón y ascender al pico del Veleta, comenzaba a disiparse la España de Merimée inventada por los extranjeros y en su lugar, viajeros con menos versos en la cabeza y más equipaje en la mochila se disponían a disfrutar sin más de la Naturaleza.

Hoy, a las 19 horas, en la sede del Rectorado, en el Parque, se presenta el relato de esta aventura, Sierra Nevada. Expedición al pico de Veleta desde los Baños de Lanjarón, obra de uno de los dos montañeros protagonistas, el médico malagueño Manuel Casado Sánchez de Castilla (1824-1902), que llegó a ser biógrafo de Cánovas y presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, el Círculo Mercantil y la Sociedad Malagueña de Ciencias.

El libro ha sido coeditado por las universidades de Málaga y Granada y el estudio introductorio lo han realizado los catedráticos de Historia Contemporánea de las respectivas universidades, Cristóbal García Montoro y Manuel Titos Martínez.

«Hemos pretendido el doble objetivo de recuperar al personaje, a Manuel Casas, y luego editar este estudio pionero sobre Sierra Nevada», resume Cristóbal García Montoro, que explica que su compañero, Manuel Titos, «que conoce toda la literatura sobre Sierra Nevada, no tenía noticias de esta obra».

El libro, explican los catedráticos, se ofreció en forma de folletín por entregas en dos diarios madrileños en 1861 y mucho después, en 1896 y 1901, hizo lo mismo el diario malagueño La Unión Mercantil. El ejemplar empleado como facsímil perteneció a Narciso Díaz de Escovar y se encontraba en el archivo de la Diputación de Málaga. «Se publicó como folletín en La Unión Mercantil en el faldón del periódico pero estaba muy bien diseñado, para que luego pudieran encajar las páginas y encuadernarse», explica Cristóbal García Montoro.

En la obra de esta excursión, el narrador, Manuel Casado, entonces de 35 años, estuvo acompañado, además de por un guía llamado Cristóbal y varios muleros, por un joven malagueño del que sólo aporta las iniciales: M. L. Sin embargo, da una pista sobre su identidad porque de él cuenta el autor que su padre tenía«un centenar de millones», y de ahí el temor a que, en esas alturas solitarias fuera objeto de algún asalto.

Para Cristóbal García Montoro no es descabellado pensar que «en la Málaga de entonces, si su padre era millonario y las iniciales eran M.L., se tratara de Manuel Domingo Larios». El futuro marqués de Larios tenía entonces 23 años y su compañero, 35.

Eso explicaría además, cuenta el catedrático de la UMA, que más de 30 años después de la excursión, Manuel Casado se decidiera a desempolvarla y publicarla de nuevo en 1896 en La Unión Mercantil. «El año antes había fallecido Manuel Domingo Larios y la publicación parece apuntar a un homenaje a su amigo».

Este libro de cumbres nevadas y vistas de ensueño tiene un precio de 12 euros y ya se encuentra en las librerías.