Podría haber pasado por una película romántica, con su pareja de protagonistas dispuesta a la gran reconciliación final para pasar página. Olvidar el desencuentro previo que había sido un poco de novela de Galavisión. Buscado, en parte, para no perder las viejas costumbres. No se sabe si lo que se vivió este martes en el pleno ordinario correspondiente al mes de abril, se volverá a repetir. Pero está claro que es la primera vez en lo que va de mandato, que se ha considerado necesario cerrarle el micrófono a uno de los diputados. El perjudicado en el momento, no podía ser de otro, fue Francisco Conejo. ¿Exagerado? A nadie se le escapó que, mientras que el portavoz socialista estaba exponiendo su argumentario para culpar al equipo de gobierno del PP de una manifiesta falta de voluntad para financiar un tramo de acceso al nuevo Hospital de la Serranía de Ronda, también iba escalando en su entonación acusatoria. Hasta el punto de tachar a Bendodo de «personaje» y «chantajista». Ante esta ausencia de solemnidades, el máximo responsable de la Diputación decidió retirarle la palabra. «No le voy a permitir que me llame personaje», espetó Bendodo. El socialista volvió a pedir micros abiertos y aludió a la inquisición bajo las paredes de la Diputación. Lo curioso es que después de reunir todo el foco de atención, la voracidad de la disputa tornó en una moción institucional que se aprobó con el beneplácito de todos los grupos políticos: una partida de 200.000 euros para la construcción de un paso de peatones subterráneo en los accesos al hospital de Ronda. Fue, a la postre, el único acuerdo de peso al que se llegó en el día de ayer.

Semanas de 37,5 horas. Hay realidades que para determinados gremios suenan a cosas de otro planeta. Pero antes del mencionado encontronazo, el pleno debatió la vuelta a la jornada laboral de 35 horas semanales para los empleados públicos de la institución. La moción, presentada por el PSOE y respaldada por IU y Málaga Ahora, se topó con los votos en contra del equipo de gobierno del PP y la abstención por parte de Ciudadanos. Expuso Conejo que si el Gobierno central ha llegado a la conclusión de que la crisis ya forma parte del pasado, también es hora de que los funcionarios de la casa recuperen su cómodo huso laboral. Dividida la semana en cinco días, la cuenta sale a siete horas por jornada. Por el momento, los trabajadores de la casa tendrán que seguir bajo el insufrible yugo de las siete horas y media por jornada. No por falta de voluntad por parte del PP, como se encargó de dejar claro Pilar Fernández. La diputada de Recursos Humanos justificó el voto en contra de los populares en el fondo de ilegalidad de la moción socialista. «No vamos a hacer un cambio para que, a los pocos días, lleguen los tribunales y nos pidan que demos marcha atrás», subrayó. Conejo se limitó, de nuevo, a lo suyo y destacó a la Junta de Andalucía como la administración a la que imitar. «Lo que hoy planteamos, se está llevando a cabo en la Junta de Andalucía, donde se ha vuelto a las 35 horas semanales. No entendemos como el PP vota de forma diferente a lo que ha hecho en el Parlamento, donde ha permitido con su abstención que los trabajadores públicos andaluces recuperen sus derechos», espetó.

Teresa Pardo, con su fluido dominio de la oratoria, confirmó, por otra parte, la relegación de Gonzalo Sichar a la nevera. Solo así se explica que en los últimos plenos haya sido ella quien ha tomado la palabra para defender el argumentario de su partido. «No queremos prometer lo que no podemos cumplir», aseguró con respecto al voto de abstención. Guzmán Ahumada, de IU, anda envuelto en la machada de llevar su formación de vuelta a los grandes fastos de antaño. En esta línea, tuvo algún rifirrafe con el PSOE, pero mostró su disposición a apoyar todo lo que vaya en el sentido de recuperar derechos y blindar al sector público. Rosa galindo también se apresuró en dejar claro que a ella no la busquen en otra trinchera.

Fin del Museo Taurino. Repite en varias ocasiones Elías Bendodo, que todo lo relacionado con los toros ha sido lo que mayores quebraderos de cabeza le ha deparado desde que ostenta el cargo de presidente en la Diputación. Una hipótesis que volvió a confirmarse ayer. El pleno comunicó la revocación definitiva de la concesión demanial al Museo Taurino de Juan Barco, ubicado en el antiguo edificio del Patronato de Turismo en la plaza del Siglo. A partir de ahora, el empresario extremeño tiene quince días para abandonar el edificio. También supone el cese de la actividad del restaurante situado en la terraza y de la tienda de artículos taurinos, eplazada en los bajos. Conejo se mostró contundente: «Si el señor De la Torre tenía un gran fracaso con el Museo de las Gemas, Bendodo lo tiene con el Museo Taurino».