El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el delegado del gobierno de la Junta, José Luis Ruiz Espejo, escenificaron ayer un gran acuerdo institucional para ejecutar el proyecto de urbanización de la Alameda, un plan va a invertir las tornas tradicionales en uno de los grandes ejes vertebradores de la ciudad: el peatón será el protagonista y el tráfico rodado es reducido a lo mínimo imprescindible. Numerosos colectivos vecinales han aportado ideas para su confección definitiva.

No en vano, en la actualidad hay 11 carriles dedicados al tráfico rodado, el 70% del espacio de la vía, y sólo el 30% está dedicado al uso ciudadano; con el nuevo proyecto, tres cuartas partes serán para disfrute de los malagueños y sólo el 25%, cinco carriles, se destinan a los vehículos (tres de ellos para transporte público y dos para uso privado). La idea es recuperar este enclave, surgido a finales del XVIII de terreno ganado al mar, para la ciudad como lugar no sólo de paso, sino también de recreo.

Así, habrá mayores espacios públicos en las zonas peatonales, zonas verdes, paseos, carril bici y equipamientos de ocio; además, se destacará el valor patrimonial de una zona en la que casi el 80% de los edificios tienen algún tipo de protección. También se garantiza la permanencia de los más que centenarios ficus. Según explicó el jefe de Arquitectura de Urbanismo, José Luis Pérez de la Fuente, se trata, en principio, de que los conductores usen más el Muelle Heredia que la Alameda y, a su vez, esta actuación repercutirá en futuras intervenciones en el Paseo del Parque, conectando el Centro con el Soho y el eje Larios-Alameda-Puerto. Se va a estudiar el tráfico para desviarlo lo máximo posible en la rotonda del General Torrijos y otras partes.

La inversión es de 11 millones de euros aportados por el Ayuntamiento, que hará la acera sur y la franja central, y la Junta, que sufragará la norte. Sin entrar en detalle sobre los tiempos de cada uno de los tramos, las obras podrían empezar en octubre de 2017 y finalizar a finales de 2018 o principios de 2019, aunque todo depende de lo que tarden el informe de Cultura, la licitación, que se prolongará cuatro meses y la aprobación del proyecto, que irá al consejo de Urbanismo en junio.

En grandes cifras, la Alameda posee 30.025 metros cuadrados, de los que 21.030 se destinarán al uso peatonal; 3.320 metros serán de zonas verdes; para equipamientos y juegos se reservan 2.160 metros cuadrados, 470 metros lineales de carril bici y 6.995 metros cuadrados para el tráfico. La acera norte tendrá un ancho de 27 metros; la sur, de 23. Así, las zonas norte y sur se destinan a los peatones y se restringe el tráfico en la franja central. Amplias zonas jalonarán el paseo de entrada al Centro, estructuradas en tres franjas funcionales: la existente junto a los edificios (de cinco metros de anchura) estará vinculada a los mismos, permitiendo el acceso a las viviendas y comercios así como a los restaurantes; la franja central de estas aceras, con 10 metros, estará vinculada al paseo y movimiento peatonal; y otra franja de siete metros limitará con el tráfico rodado, y presentará un tratamiento relacionado con la estancia, actividades lúdicas y carril bici. El aparcamiento de la Marina mantendrá sus accesos y salidas y la boca de metro se integrará en la zona norte.

En las zonas rodadas, se emplearán hormigones especiales de gran resistencia y propiedades descontaminantes; las zonas peatonales se pavimentarán con elementos prefabricados y piedra natural (color crema ámbar flameado y sierra elvira flameado, ya usados en el Soho o en Alcazabilla). Habrá pavimentos drenantes y luces Led.

Además, se potencian los valores históricos señalando los edificios y explicando su historia, y se marcarán en el pavimento las trazas del Fuerte de San Lorenzo y se hará referencia a las palabras de Cervantes sobre el Perchel, posiblemente junto a la Casa del Guardia. Queda por saber qué ocurrirá si el metro se prolonga a la Marina: De la Torre pidió decisiones rápidas y Ruiz Espejo destacó que la posición de la Junta es la misma. Lo hablarán en privado, insinuaron.