Nueve personas han sido detenidas por su presunta implicación en el secuestro frustrado en Madrid de otras dos que acudieron a una vivienda de la capital para cerrar un trato de compraventa de oro. Según ha informado hoy la Dirección General de la Policíal, los secuestradores impidieron su salida del piso y fueron obligados a entrar en una furgoneta con la que querían trasladarlos a la zona norte de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el plan se torció cuando uno de los secuestrados consiguió liberarse de sus ataduras, desató al otro y finalmente saltaron en marcha del vehículo. La motivación del secuestro, según los arrestados, era una supuesta deuda de 300.000 euros que las víctimas habían contraído con ellos. La investigación ha sumado cuatro registros, tres en Madrid y uno en Málaga, en los que han sido intervenidas dos pistolas, dos carabinas y un subfusil.

Con la investigación en marcha, los agentes determinaron que en los hechos habían participado nueve personas de forma coordinada. Tres de ellos pertenecían a una organización criminal estable y el resto formaban parte de una "facción itinerante y autónoma" encargada de realizar trabajos puntuales. El nexo en común entre ambos grupos era un hombre que se encargaba de reclutar a las personas necesarias para su actividad. La identificación de la persona que alquiló el vehículo para realizar el traslado de las víctimas fue clave en la investigación, ya que permitió localizar al resto de participantes y el vehículo que escoltaba a la furgoneta.

Durante los últimos días de la investigación, los agentes observaron que el principal investigado no vivía en Madrid pero realizaba viajes frecuentes a la capital. Cuando los policías tuvieron conocimiento de su próximo viaje, activaron un dispositivo que culminó con su detención. Horas más tarde se localizó y arrestó a otros dos responsables de la organización cerca del domicilio donde vivía uno de ellos en Madrid. En la segunda fase de la operación, desarrollada al día siguiente, se detuvo al resto de participantes en Alcorcón, en donde residían todos ellos.

Una vez oídos en declaración, se supo que la motivación era una supuesta deuda de 300.000 euros contraída por las dos víctimas con los principales investigados. En los cuatro registros realizados, tres en Madrid y uno en Málaga, se intervinieron dos pistolas, dos carabinas, un subfusil, más de 60.000 euros, documentación de una de las víctimas, una baliza GPS, cinta americana, una máquina para contar billetes, un vehículo y diversa munición.