Los días de Miguel Ángel Heredia como secretario general del grupo parlamentario socialista en el Congreso ya pertenecen al pasado. Este lunes se confirmó una destitución que se daba por hecha desde el mismo momento en el que las urnas de las primarias del PSOE dieron como vencedor a Pedro Sánchez. Tras la primera reunión que mantuvo el secretario general de los socialistas con su nueva ejecutiva federal, el flamante portavoz del partido, Óscar Puente, pasó a esbozar el futuro diseño del grupo socialista en el Congreso, confirmando la caída en desgracia de Heredia. La renovación en el cargo, por lo pronto, vendrá acompañada de una cara conocida, ya que es el madrileño Rafael Simancas quien tomó el relevo a Heredia.

Para el también secretario general del PSOE en Málaga se abre de esta manera una nueva etapa en el Congreso que estará marcada por su pérdida de peso orgánico y en la que queda pendiente de una reubicación incómoda en el salón plenario, donde podría pasar a ocupar en breve un escaño en la fría lejanía del llamado gallinero. Hasta ahora, Heredia ocupaba un escaño en primera fila del grupo socialista, junto al dimitido exportavoz, Antonio Hernando, designado por la extinta gestora para representar al PSOE tras el pasado 1 de octubre. Para Heredia, este revés viene acompañado, además, de una elevada carga irónica si se tiene en cuenta que Sánchez confirmó a Margarita Robles como nueva portavoz del PSOE en el Congreso. Un nombre, el de la diputada madrileña, que recordará para siempre ya que empezó a cavar su tumba política bajo el sanchismo con los insultos que vertió sobre ella durante un encuentro con un grupo de Juventudes Socialistas en Cortes de la Frontera.

Desde aquel desliz discursivo que salió a la luz, Heredia no ha vuelto a levantar cabeza y también ha tenido que lidiar con el rechazo de parte de la propia militancia en Málaga. Hasta el punto de que se da por hecho que no se presentará al congreso provincial para intentar revalidar su cargo de secretario general.

Pendiente de nueva ubicación

El partido tendrá que informar ahora a la mesa del Congreso sobre el nuevo reparto de escaños dentro del grupo socialista. Pero, a falta de conocer las ubicaciones exactas, Heredia corre el riesgo de verse desplazado. Una posición cuasi metafórica para un cambio de guión que acaba, además, con uno de los hombres fuertes de Susana Díaz en el Congreso. Fue la presidenta de la Junta de Andalucía quien lo colocó en primera línea para controlar a Sánchez durante su primera etapa como secretario general al frente del PSOE. Heredia accedió al cargo de secretario general del grupo parlamentario del PSOE en el Congreso en septiembre de 2014.