­Mañana 9 de julio se disputará una nueva edición del Ironman Frankfurt, una prueba que pone a prueba la superioridad del hombre, tanto a nivel físico como mental. Además de ser toda una institución en el mundo del deporte, fundamentalmente en el del triatlón, esta prueba tendrá sabor malagueño y, además, solidario.

¿Qué ocurre cuando se suman la pasión por el deporte y la pasión por la vida? Pues que tras esta simple operación matemática aparecen 20.000 euros destinados a la lucha contra el cáncer.

La idea es de un grupo de españoles, en concreto de dos andaluces llamados Carlos: el malagueño Carlos Verdú y su amigo y compañero sevillano Carlos Feijoo. Ambos propusieron a su equipo participar en la prueba del domingo, que además acoge en paralelo el Campeonato de Europa Ironman. La idea fue algo más allá y se preguntaron si podían hacerla solidaria.

«El proyecto nace una tarde cuando Carlos y yo estábamos volviendo del trabajo en bici. El año pasado competimos en una marcha cicloturista, «L´etape du Tour», que recorre las mismas carreteras que el pelotón del Tour de Francia. Para ello, cada miembro del equipo tenía que recaudar 100 euros para ayudar a una fundación contra la esclerosis múltiple. Así que pensamos: si el año pasado pudimos recaudar 100 euro cada uno, este año podríamos intentar recaudar 1.000», asegura Verdú, expatriado en Holanda desde el año 2010, cuando emigró en busca de oportunidades laborales y acabó trabajando para una de las grandes: Nike. Empezó como becario en el departamento financiero en la sede central europea de Nike, donde hoy goza de un buen puesto de trabajo.

A Carlos siempre le gustó el deporte, aunque se inició en el sufrido, pero gratificante, mundo de los triatletas hace tres años. Además, trabajar en una empresa como Nike le permite estar en contacto diario con el ejercicio físico, ya que la propia marca favorece que sus empleados vayan al gimnasio, corran por el bosque o jueguen al fútbol. Tras la idea inicial esta se fortaleció con el apoyo del resto del equipo, compuesto por una docena de miembros de países tan dispares como Italia, Suiza, Corea del Sur y Alemania, además de España.

Pero decidieron que, esta vez, donarían el dinero para la lucha contra el cáncer de mama. «Desafortunadamente, nos dimos cuenta que es una enfermedad que afectaba de una manera muy directa a diferentes miembros del equipo», asegura el malagueño, que explica que los fondos irán a parar a la fundación «Creando lazos», un club social de pacientes con cáncer de mama del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla promovido por Ana Casas, la madre de su amigo Carlos Feijoo que además es oncóloga y a la vez paciente y altavoz de la asociación Actitud Frente al Cáncer.

Pese a que llegar a los 20.000 euros podía ser, en un primer momento, una cifra ambiciosa, la semana pasada, diez días antes de la prueba, alcanzaron el reto gracias a las donaciones de amigos y familiares, por la empresa para la que trabajan y otras como Sporcks, Personal Running y Fast Forward. «La gente se ha volcado con nosotros desde el minuto uno. La cantidad de gente que ha donado y ha difundido nuestra iniciativa a través de redes sociales es increíble. El carácter acogedor mediterráneo se aprecia en muchas facetas de la vida, pero creo que este caso, aunque estemos en Holanda, creo que estamos percibiendo el mismo apoyo que podríamos recibir estando en España» asegura Verdú.

La prueba de Ironman cuenta, como todos los triatlones, con tres disciplinas, solo que con más kilómetros y, por tanto, exige más sacrificio y es más compleja para los participantes. En este caso son 3,8 kilómetros de nado, más 180 de bicicleta y los 42 de una maratón.

«Prepararse para un Ironman requiere mucho sacrificio, planificación y constancia. No es solo físico, sino que también tiene una repercusión directa en tu vida social», admite el malagueño, que señala que hay que planificar la temporada y los ciclos de carga y volumen para llegar en plena forma al día de la carrera. Sus ejemplos a seguir con el triatleta Javier Gómez Noya y tenista Rafa Nadal. Para él, la clave es la constancia y la lucha, dos valores fundamentales también para vencer al cáncer de mama.