El 2 de mayo de 1983, hace poco más de 34 años, inició su actividad la empresa Limasa. Su nacimiento fue decisión del primer ayuntamiento democrático de la ciudad surgido de las elecciones municipales de 1979 que llevó a la alcaldía al socialista Pedro Aparicio con el apoyo del Partido Comunista. Seis días después, el 8 de mayo, en las segundas elecciones municipales, el PSOE arrasaba en la capital y Aparicio volvía a ser alcalde con 21 concejales. Fue el año también del histórico e inédito triunfo del viejo Málaga al Real Madrid al que vapuleó 6 a 2 en La Rosaleda, con Antonio Benítez en el banquillo.

Previamente a ese inicio de la actividad de Limasa el Ayuntamiento había dado los pasos necesarios para crear la empresa. En 1982 se puso en marcha el concurso para la constitución de una sociedad mixta de limpieza, con el Ayuntamiento y un socio privado, y el 20 de enero de 1983 el pleno del Ayuntamiento adjudicó el concurso a la empresa Fomento de Obras y Construcciones (Focsa), nombre que tenía entonces la actual Fomento de Construcciones y Contratas(FCC).

Desde sus inicios Limasa fue una empresa mixta formada por el Ayuntamiento y un socio privado. La diferencia con la actual Limasa es que aquella primera tenía un único socio privado y que este socio privado era mucho más mayoritario que ahora al tener el 80 por ciento de la sociedad.

La elección de Focsa como socio privado de la primera Limasa era algo cantado y lógico pues Focsa ya venía ocupándose durante la década de los 70 de la limpieza de la ciudad, contratada por el Ayuntamiento en tiempos de Cayetano Utrera y de Luis Merino como alcaldes.

Antes de Limasa

¿Cómo era la limpieza en Málaga en esos años anteriores a Limasa y en los primeros años de esa empresa? En los años 70, en plena dictadura, Málaga era una ciudad por hacer. Más allá del Centro las barriadas carecían de casi todo y esas carencias eran mayores cuanto más alejadas estaban. Focsa funcionaba con una plantilla más o menos estable.

«Entonces no había droga, pero se bebía mucho», recuerda Rafael, un jubilado que ya trabajaba en Focsa en aquellos años. Para la limpieza se usaban camiones Ebro y los clásicos barrenderos, que iban con unos bidones naranjas. Para la recogida ya existían unos camiones, llamados ´cucas´, que disponían de una maquinaría interior formada por discos circulares que empujaban la basura hacia dentro y la iban triturando. Aun no existían contenedores, el vecindario dejaba la basura en la puerta de la vivienda y se recogía. Solo los hoteles (Torremolinos era entonces barriada de Málaga) y algunos restaurantes tenían sus propios bidones.

Ya entonces el personal iba uniformado con unas prendas en un tono indefinido entre azul y marrón.

«Nos pagaban cada diez días», explica Rafael. Él y el resto de la plantilla de Focsa pasó a formar parte de Limasa cuando esta se constituyó en 1983.

La llegada de Limasa y la fuerza que representaba la unión del Ayuntamiento con una empresa privada supuso un importante cambio y un salto cualitativo hacia adelante en la manera de prestar el servicio de limpieza y recogida de la capital. Málaga se incorporó a los métodos y medios mas innovadores que entonces existía en la limpieza de las grandes ciudades.

La primera plantilla de Limasa rondaba los 800 trabajadores, con uniformes azules, que luego pasaron naranja. La nueva sociedad incorporó métodos de gestión y maquinaria de primer nivel, pero la ciudad, con su escaso desarrollo urbanístico, no estaba totalmente preparada para ello. «Teníamos más trabajo del que podíamos abarcar y teníamos que doblar turnos y hacer muchas horas, por eso había gente que ganaba más haciendo horas que con su sueldo», recuerda Rafael.

Lo peor estaba en las barriadas del extrarradio o más desatendidas, como Campanillas, Mangas Verdes, Churriana, Los Prados o la zona más alejada de Puerto de la Torre. Allí los vecinos no pagaban la tasa de basura, que entonces existía, de manera que «íbamos y luego nos pagaban con propinas». Existía además la dificultad de llegar a muchas de esas zonas, «con las calles terrizas y donde los camiones se resbalaban cuando llovía y era difícil».

En poco tiempo el trabajó mejoró gracias a que el primer gerente de Limasa, Javier Fuentes, fue poniendo orden en la empresa. Aquella primera Limasa de mediados de los 8o, recogía unos 650 toneladas de basura, cifra muy parecida a la actual, si bien hay que tener en cuenta que entonces se reciclaba poco y que Torremolinos estaba aun incorporada a la capital.

Las cifras de 1983

Los datos de aquellas fechas, conservados por el periodista Guillermo Jiménez Smerdou, señalan que la flota de recogida, compuesta por vehículos muy mecanizados, recorría 3.000 kilómetros diarios y consumía unos 3.000 litros de gasoil. Había 7.000 contenedores para depositar y recoger la basura. De ellos, 5.000 con 1.000 litros de capacidad y otros 2.000 de 240 litros para urbanizaciones y zonas de edificación singular.

Los contenedores se higienizaban una vez a la semana (interior y exteriormente) mediante un vehículo hermético de 18 metros cúbicos de capacidad. Ya entonces en el casco histórico, dadas sus peculiaridades, la recogida era manual apoyada en vehículos especiales no compactadores de reducidas dimensiones y baja contaminación.

Se barrían unos 550 kilómetros al día y se completaba con el baldeo manual o mecánico. Para ello se utilizan vehículos cisterna de 15.000 litros y otros de 11.500 litros, con bombas de alta presión. También se incorporó la barredora mecánica para barrido de bordillos.

Limasa se ocupaba también de la limpieza de los 22 mercados que había entonces y se incorporó la limpieza de fachadas por medios mecánicos a través de una máquina que impulsa agua caliente a 150 atmósferas de previno y provista de una manguera a la que se acopla una pistola.

En aquellos año Limasa se ocupaba también de la limpieza de la red de alcantarillado, que tenía entonces 324 kilómetros. De ellos 50 kilómetros eran grandes colectores lo que permitía el uso de máquinas de limpieza, de pequeño tamaño y gran maniobrabilidad. El resto era con agua a presión.

Limasa inició el servicio de limpieza de playas en 1986. Acogía entonces las playas de Torremolinos. En los sitios donde no era posible la entrada de artilugios mecánicos se hacía de manera manual, rastrillando la arena, y se instalaron en las playas 500 papeleras. El servicio se prestaba con tractores, máquinas limpia playas que mediante un sistema mecánico de arrastre extraían y tamizaban la arena.

La evolución de la limpieza en el tiempo

1. Años cuarenta

En las décadas de los años 40 y 50 el servicio de recogida de basura se realizaba con carros tirados por mulas o caballos.

2. Años cincuenta

Brigadas de barrenderos ya uniformados limpiaban de forma manual las principales calles de la ciudada.

3. Años sesenta

El sistema de recogida y de limpieza de la ciudad mejoró en los años sesenta con camiones como estos que fueron exhibidos en la plaza de la Marina

4. Años ochenta

Primeros vehículos de Limasa. El alcalde de Málaga, Pedro Aparicio, pasa revista a la flota en el Paseo del Parque.

5. Siglo XXI

La innovación y los avances tecnológicos permiten queLimasa disponga de las últimas novedades como estos camiones de recogida de carga lateral y de reducción de ruido.