Sabores clásicos, de frutas o combinaciones impensables que hacen de cada cucharada un auténtico disfrute para el paladar. Tomarse un helado es uno de los pequeños placeres ante el que cualquier mortal no sabe decir que no. La heladería Desiderio, en plena calle Carretería, ofrece a partir de septiembre un servicio novedoso en la ciudad y hace entregas a domicilio.

La reciente apertura de este local, ubicado en el número 35 de la calle Carretería, reinventa el concepto tradicional de heladería y ofrece la posibilidad de hacer un pedido y recibirlo en un tiempo máximo de 30 minutos, en un radio que contempla el Centro de la ciudad hasta llegar a La Malagueta.

Con ofertas como medio litro y tres conos para armar en casa o 1 litro acompañado de 6 conos, Desiderio cuenta con variedades como turrón, piñones, dulce de leche o algunos sabores tan diferentes como «summer» elaborado a base de piña, albahaca y jengibre, o chocolate oscuro con un 80 por ciento de chocolate puro, son algunos de los 26 sabores expuestos en las vitrinas.

Desiderio (deseo en italiano) nace con la premisa de hacer que tomarse un helado sea una experiencia diferente a lo conocido. El propio establecimiento, vivo y lleno de color, cuida al máximo su estética y crea en su interior una terraza fresca y en la que disfrutar de un helado, café o cualquier refresco. Con un techo de tela que simula el cielo y un gran mural y cuadro elaborado por la artistas plástica Micaela Lucas, Desiderio ofrece a sus clientes la posibilidad de ver desde su asiento cómo se elabora cada tarde el helado. El amplio obrador, dotado de la maquinaria más novedosa, está acristalado y visible para que cualquiera pueda ver el proceso de elaboración. Una fórmula en la que el diseño y la arquitectura se dan la mano para hacer que cada cliente que traspase la puerta se sienta cómodo y deguste al cien por cien cada uno de los sabores que dispone.

Historia de Desiderio

La idea de crear Desiderio nace entre cuatro socios amantes del helado que ahora lo comparten con sus clientes y, además, cuentan con Ariel Segesser como artífice de todas las recetas que convierten en helados. Uno de los maestros artesanos y heladeros con mayor fama dentro de este dulce universo y que aglutina diversos premios, entre ellos, un reconocimiento en Rímini (2014), la mayor feria internacional de producción artesanal de helados que tiene lugar en Italia cada año, o el primer puesto del segundo Campeonato Latinoamericano del Helado Artesanal (2015). Un amplio currículum de reconocimientos que avala su buen hacer y prestigio en el sector.

De cara al otoño, el objetivo es ampliar el concepto de Desiderio y convertirla en una heladería-cafetería con tartas para degustar. Para ello, Ariel Segesser, conocedor de las próximas tendencias, regresa a Málaga para preparar la nueva carta que incluirá los nuevos productos y hacer de Desiderio un lugar para heladeros y golosos.

En cuanto al futuro, Desiderio se asentará por más lugares del centro histórico y habrá nuevas aperturas para que nadie se quede sin disfrutar sus propuestas.