En sus 39 años de historia, nunca la Constitución de 1978 tuvo que hacer frente a los desafíos que atentan como ahora contra la soberanía nacional y a la unidad del Estado, que defiende incluso en su preámbulo. La conmemoración del día del referédum que la aprobó estuvo en la mañana del miércoles, indefectiblemente, marcada por la coyuntura catalana y las inminentes elecciones autonómicas en las que se enfrentan constitucionalistas e independentistas, con toda la carga de profundidad que ello conlleva y con la incertidumbre que sigue generando en la sociedad y en las empresas. Los discursos, ideas y argumentos políticos giraban ayer en este sentido. También en la celebración que tuvo lugar en Málaga.

Como es tradicional, la plaza de la Constitución fue el escenario de la celebración institucional, en la que se dieron cita las más destacadas autoridades civiles y militares. Mientras la Banda Municipal aguardaba para comenzar el concierto, una sección de policías locales, que este año cumple 175 años, estaba en formación. Y los portavoces de los distintos grupos con representación en el Pleno (a excepción de IU, que no estuvo presente) hicieron uso de la palabra para defender, en función de sus sensibilidades, la Carta Magna.

Unánime fue la defensa del período constitucional como el más própero tanto económico como socialmente de España. Sin embargo, interpretable el hecho de poder «perfeccionar», en un caso, «actualizar» en otros, y hasta «redactar una nueva» Constitución, según quien tomaba la palabra. De este modo, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, instó ayer a que se cree un «mapa equilibrado de España» con el reconocimiento de la autonomía de las comunidades que garantiza la Carta Magna. Y una vez más, pidió un impulso decidido para la descentralización de la administración local. También pidió que se utilice la autonomía «para conseguir el desarrollo de todos los territorios, pero también para practicar la solidaridad entre todos los territorios que forman España».

«Tenemos una gran Constitución; respetémosla», dijo De la Torre, que no pudo evitar referirse a Cataluña, «a unos dirigentes que no han sabido estar a la altura de la lealtad que tiene que haber en las relaciones entre el Gobierno regional y el resto del territorio nacional», pero gracias a la Constitución, «previsora», se ha aplicado «el artículo 155 para poner orden y facilitar la recuperación».

En realidad, ninguno de los que le precedieron en el uso de la palabra obviaron la crisis catalana. Por ejemplo, Daniel Pérez, el portavoz del PSOE, el único, junto al alcalde, que no leyó su intervención. De forma enérgica, no dudó en calificar el independentismo catalán de «racismo identitario».

Por ello,destacó el artículo 138 de la Constitución «que habla de la solidaridad territorial». «No queremos ser más que nadie, pero los andaluces tampoco queremos ser menos que nadie», apuntó, y explicó que «no se puede premiar a aquellos que desde la desigualdad, quieren imponernos al resto de comunidades una desigualdad mayor».

Por su parte, el viceportavoz del grupo municipal Ciudadanos, Alejandro Carballo, insistió en que «es hora de ampliar la financiación a los ayuntamientos» tras afirmar que «nosotros cumplimos, nos esforzamos y controlamos el gasto como los que más». El «municipalismo es otro buen antídoto contra la estrechez de miras y el separatismo», dijo. «Frente al secesionismo y el populismo, Ciudadanos defiende la unidad de España», insistió Carballo.

La portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, sin dejar de defender la vigencia del texto, fue la que con más claridad expresó la necesidad de revisarlo. Reconoció la figura de quienes protagonizaron la Transición, algunos incluso entregando su vida, «lo que bien merece un homenaje», si bien, según dijo, estos actos han de servir para «recordar lo que somos para saber hacia dónde vamos». Además, desde su punto de vista, la Constitución «debe ser la muestra de lo que somos, no de lo que fuimos» y criticó el celo con el que algunos partidos defienden algunos artículos mientras olvidan otros, como por ejemplo, los que hacen alusión a los derechos fundamentales. «Hay derechos enterrados por decisiones políticas», dijo, «recortes que vulneran derechos que deberían ser tan inconstitucionales como lo es la declaración unilateral de independencia». Y defendió una nueva Constitución que «reconozca la plurinacionalidad del país, se respeten los derechos de las personas, no se deje nadie atrás, se persiga la corrupción y haga imposible que nadie muera por pobreza energética».

Y Carlos Conde, portavoz del PP, instó a la «unidad de España y el respeto con más fuerza que nunca en este momento tan complicado y tan incomprensible por culpa de unos, diría que pocos, con posturas carentes de raciocinio, mal llamados nacionalistas».