Más de 16.000 personas viven en estos momentos en la provincia de Málaga sin figurar como inscritas en los padrones municipales, según se desprende de las cifras de población publicadas con el cambio de año por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El último dato oficial de habitantes, obtenido a partir del padrón y con fecha de referencia de 1 de enero, es de 1.630.615 habitantes, pero el mismo organismo calcula el número de residentes en 1.646.955 a día 1 de julio de 2017. Si se compara el dato oficial con el del 1 de enero del año pasado, la diferencia es similar, puesto que en esa fecha la población residente ascendía a 1.646.777 personas.

La tendencia va en aumento. En lo que va de década ha crecido en 80.000 personas la suma de residentes, mientras que el padrón no ha pasado de incrementarse en la cantidad de 20.000 inscritos totales. Con los números más recientes en la mano, cabe destacar que ha bajado el número de empadronados mientras que los residentes totales no han variado. La consecuencia directa de lo que denuncian muchos ayuntamientos: bajas se van acumulando, sobre todo de residentes británicos por toda la incertidumbre que rodea al brexit, «pero en realidad siguen entre nosotros, viviendo aquí».

En términos de población residente, los inscritos en los padrones y los no registrados, Málaga en su conjunto ha pasado de albergar el 1 de enero de 2010 a 1.566.667 personas a las ya mencionadas en el pasado año, 1.646.955 en julio. Pero la tendencia es bien diferente en el cómputo de todos los padrones de los distintos municipios. Se pasó de 1.609.557 habitantes en 2010 a 1.630.615, el pasado año.

La curva no es constante en este último capítulo. De hecho, el máximo de esta década se alcanzó en 2013, cuando la provincia llegó a las 1.652.999 personas empadronadas. Luego esa barrera empezó a caer, hasta igualarse en 2014 con la población residente calculada por el mismo organismo, con alrededor de 1.621.000 personas.

Por lo tanto, como bien remarcan responsables de los ayuntamientos de mayor población y a su vez mayor cuota de residentes foráneos, en estos tres últimos años se ha perdido peso en cuanto a los números oficiales, los padrones, pese a campañas informativas sobre las ventajas de figurar inscritos, oficinas específicas para el brexit o cualquier otra iniciativa, como la de bonificar ayudas públicas.

Los principales perjudicados en el nuevo tablero poblacional de la Costa del Sol son los municipios en los que mayor cuota de británicos hay. En multitud de localidades de la Costa del Sol Occidental o en el extremo más oriental, en Nerja, los residentes de aquella nacionalidad son los que más aportan al padrón, justo después de los habitantes nacidos en España. En Mijas, por ejemplo, se han desarrollado campañas específicas, a través de una oficina de atención al residente. Pero el temor generalizado es «que en 2018 la sangría de residentes que opten por darse de baja en el padrón siga igual».

La brecha que ya es de 16.000 personas, cuando hasta finales de 2013 no existía y que llegó a ser negativa con anterioridad a ese año, incluso podría generar un aumento exponencial. En este sentido se puede observar que la diferencia a 1 de enero de 2016 era de aproximadamente 11.000 personas; o que justo un año antes los residentes no empadronados apenas eran 2.000 en toda la provincia.

Para ser conscientes de lo que ya empieza a suponer para algunos consistorios, munícipes de localidades de más de 20.000 habitantes han recordado que puede que en un futuro se reduzca el número de concejales en sus plenos, si la tendencia se agudiza, o, lo que padecen hoy en día, que las transferencias estatales se recorten.

Un problema económico

El padrón es la referencia a partir de la cual se toman las cifras oficiales de habitantes en España y, por lo tanto, se asignan entre otros aportaciones económicas públicas a los ayuntamientos. Muchos municipios, sobre todo los más turísticos, tienen una población real superior a lo que indican esos registros, a lo que se suman los residentes estacionales o los visitantes ocasionales. Por esta razón, contar con el mayor número posible de empadronados es una cuestión fundamental en estas localidades. Hay ayuntamientos que empiezan a hacer números sobre lo que estas circunstancias pueden acarrear en sus presupuestos, si bien es cierto que dichos estudios están justo en estas fechas en plena elaboración.