Los comedores escolares son un servicio complementario que resulta de gran utilidad a los padres para ayudarles a conciliar la vida laboral y familiar. Los alumnos pueden permanecer en el centro educativo hasta dos horas después de acabar la jornada escolar y allí comen menús equilibrados que les ayudan en su desarrollo y crecimiento. Aprenden, además, a comer de todo y no solo a base de caprichos. Por eso son cada vez más solicitados por las familias. Este año, alrededor de 53.500 alumnos acuden a los 331 comedores de los centros públicos de la provincia de Málaga, unos 2.000 más que al año anterior. Y la mitad lo hacen totalmente gratis, ya que reciben una subvención del 100% del servicio.

El 75,5% de los usuarios goza además de alguna subvención sobre el importe del servicio. Están exentas de pago del comedor las familias con mayores dificultades económicas, además del alumnado que tiene que salir fuera de su localidad de residencia para asistir a su centro docente, así como aquellos que, por motivos familiares, se encuentren en situación de dificultad social extrema o riesgo de exclusión.

La Junta fija un precio público homogéneo de 4,38 euros diarios el menú, que permanece invariable desde el año 2016, y sobre el cual se aplican los diversos porcentajes de subvención, en función de la situación económica de cada familia solicitante. Los alumnos cuyos progenitores, o uno en el caso de familias monoparentales, trabajen en el horario escolar, tienen garantizada una plaza en el comedor.

Unos 100 comedores escolares de la provincia cuentan con cocinas in situ en sus instalaciones, mientras que en el resto de los casos la prestación del servicio se encuentra adjudicada a diversas empresas de catering. La línea fría se ha extendido en el comedor escolar. Este curso se ha incorporado el CEIP Las Maravillas, de Maro. Durante todo el año, en la provincia de Málaga se sirven unos 6 millones de menús.

Los platos priorizan la incorporación de alimentos ecológicos de acuerdo con el Plan Andaluz para la Producción Ecológica, que fomenta la introducción de alimentos ecológicos en los menús de los colegios y hospitales.

Menús supervisados

«Los menús que se sirven en los comedores escolares públicos siguen las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Salud en cuanto a alimentación saludable, por lo que se puede afirmar que la situación de los comedores escolares de Andalucía es ejemplar desde el punto de vista nutricional», informa la Delegación de Educación.

De hecho, los menús son supervisados mensualmente por la Sociedad Andaluza de Nutrición Clínica y Dietética (Sancyd). Además, expertos en bromatología y nutrición de las universidades de Granada y Pablo de Olavide de Sevilla han colaborado con la Agencia Pública Andaluza de Educación en la redacción de los pliegos de condiciones de los contratos para asegurar el mejor servicio a los niños.

En la dieta debe haber más pescado que carne, que debe ser magra y se prohíben los alimentos precocinados y se limitan los fritos. En definitiva, se apuesta por la dieta mediterránea y los productos ecológicos. Por otra parte, los comedores escolares atienden dietas especiales como astringente, adaptada a la celiaquía, a la intolerancia a la lactosa y diversas alergias alimentarias.