El Tribunal Supremo ha condenado a 26 años de prisión a un hombre que estranguló a una prostituta en Málaga y, después de robar el dinero que había en la vivienda, prendió fuego a ésta para borrar las pruebas que le pudieran incriminar. La Sala rechaza el recurso de casación interpuesto por el condenado contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que le impuso 25 años de prisión por delitos de asesinato, hurto e incendio, frente a los 28 años y medio de cárcel que estableció un tribunal del jurado de la Audiencia de Málaga. En su recurso, entre otros motivos, rechazaba su autoría alegando que la muerte pudo ser accidental o imprudente como consecuencia de unas prácticas sexuales peligrosas que habrían acabado de forma fatal como consecuencia de un descuido involuntario, según el Supremo. Así, recuerda la sentencia, con ponencia del magistrado Antonio del Moral, que se trata de una posibilidad que descartó el jurado por una razón principal: «la constatación de un móvil lucrativo y la situación económica del acusado que se veía apremiado para obtener dinero y afrontar sus deudas, conducen a un escenario muy distinto». Se alude a «un propósito deliberado de causar la muerte provocando previamente una situación de voluntaria sumisión física de la víctima, aprovechando su disposición a atender las peticiones de quien era su cliente, confiada en que se trataba solo de eso, de un servicio sexual».