La Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA) compartió ayer la «preocupación» de las familias de unos 650 alumnos que el próximo curso escolar inician la ESO en el distrito de Teatinos de Málaga capital, donde se construirá un centro educativo, «que se lleva reclamando 15 años». Por ello, reclamaron a la Junta que acelere las obras de dicho instituto para evitar que los estudiantes tengan que recibir sus clases en aulas prefabricadas.

Así lo trasladó el presidente de APIA, Javier Puerto, en un escrito dirigido a la consejera de Educación, Sonia Gaya, en el que incide en que se impulsen los trabajos de construcción del nuevo IES: «Se ha tenido tiempo más que suficiente para ponerlo en servicio».

La primera piedra se puso en enero «pero su puesta en marcha se ha asegurado ya por parte de la Junta que no podrá realizarse en el mes de septiembre próximo, con el comienzo del curso escolar», lo que ha «indignado» a las familias, varias asociaciones de madres y padres de los centros afectados y otros colectivos de la zona.

«Después de 15 años ahora ven cómo de nuevo les toca esperar sine die su puesta en funcionamiento», sostuvo la asociación, añadiendo que la solución prevista por el Gobierno andaluz ante «la más que probable demora en la construcción y, por tanto, de su puesta en marcha es la de la instalación de barracones en las que el alumnado de primero de ESO de ese IES de Teatinos pueda recibir sus clases».

Según añadió, esta propuesta «evidencia la falta de previsión y la poca apuesta por la calidad en la enseñanza por parte de la Consejería de Educación, puesto que, de todos es sabido los inconvenientes que tienen este tipo de edificaciones», entre las que se enumeró calor en verano, frío en invierno, saturación en las aulas y problemas de medios y electricidad.

Pero lo que es peor, según denunció APIA, es que «se ha propuesto la ubicación de estas aulas prefabricadas a varios kilómetros de la ubicación de lo que sería el futuro centro, concretamente en un solar en un descampado que hay junto a la Universidad Laboral, al lado del monte». APIA recordó que este alumnado debería utilizar el servicio de transporte escolar, «con todo lo que ello conlleva». Además, apuntó que unos 50 alumnos presentan problemas de movilidad reducida por lo que necesitan transporte adaptado.

«El caos circulatorio puede ser considerable, sobre todo teniendo en cuenta que la Universidad Laboral ya está masificada. Tiene actualmente escolarizados más de 2.000 alumnos, y los autobuses tienen que recogerlos por turnos, porque no caben simultáneamente en la explanada que hay junto al instituto. Estos turnos provocan que los alumnos tengan que permanecer más tiempo del horario lectivo en el centro a la espera de poder regresar a sus casas», dijo.

La Junta, por su parte, aseguró que trabajan «con la mayor celeridad posible» para determinar una respuesta que se ajuste a las necesidades del alumnado y señaló que serán los informes técnicos los que determinen la ubicación de las aulas prefabricadas. Cuanto estén disponibles, se mantendrá una reunión con los representantes de la comunidad educativa para explicarles las soluciones adoptadas.