En 1934 -el 23 de diciembre- se inauguró en Málaga un cine que tuvo corta vida porque dos años después -1936- al comienzo de la Guerra Civil, una bomba cayó sobre el edificio que albergaba el local.

Si bien el artefacto no causó victimas, el edificio sufrió graves daños. El propietario, en este caso propietaria, doña Carlota Alessandri, decidió abandonar lo que empezó como una auténtica novedad en Málaga aunque en Madrid ya existía un cinematógrafo similar. Tanto la sala de Madrid como la de Málaga tenían el mismo nombre porque respondía a la filosofía del proyecto: Actualidades. Tanto una sala como otra tenían en común la misma programación: noticiarios de actualidad.

Los antecedentes del popular No-Do eran los noticieros de la Fox, Pathé y otras denominaciones. La programación se completaba con documentales, películas de dibujos animados, cortometrajes de Stan Lauren y Oliver Hardy (el Gordo y el Flaco, como eran conocidos en España).

Según cuenta Mari Pepa Lara en su libro Historia del Cine en Málaga, el proyecto fue diseñado por José González Edo, arquitecto que redactó un Plan de Urbanismo de Málaga, con una idea que no prosperó por el coste que suponía su ejecución ya que el eje principal era prolongar la calle Larios hasta El Ejido. La primera expropiación forzosa afectaba nada menos que al edificio que albergaba los almacenes Marmolejo y Espejo en la plaza de la Constitución.

Una peseta

La programación del Actualidades se basaba en los noticieros. Entonces no había televisión y los noticieros permitían ver imágenes de los acontecimientos más importantes que ocurrían en el mundo aunque con retraso de siete días porque tenían periodicidad semanal.

La población tenía conocimiento de los hechos por la prensa y radio, aunque la radio estaba casi en mantillas, sobre todo en España. Poder ver, aunque fuera con una semana de retraso, sucesos de todo el mundo -guerras, fiestas, goles marcados en los partidos de fútbol de los mejores equipos, escenas de combates de boxeo, regatas, partidos de tenis, entierros de famosos, escenas de la vida diaria€- era un auténtico regalo.

El cine Actualidades en sesión continua que empezaba a las once de la mañana y cerraba a la una de la madrugada permitía por una peseta ver la actualidad del mundo. Tuvo una buena acogida, truncada por una acción bélica. Hoy, un cine de este tipo de programación estaría condenado al fracaso porque la televisión ofrece lo mismo pero en tiempo real, con la ventaja de poder verlo en el sofá de la casa de uno, y si por razones de otras ocupaciones no puede verlo en el mismo instante, dispone del recurso de grabar para verlo después. Los forofos del fútbol pueden recrearse viendo una y otra vez el gol de Ronaldo, de Messi€ y, en muy raras ocasiones, de un jugador del Málaga.

Sala refrigerada

Otra novedad o mejora del desaparecido Actualidades era el aire acondicionado, que entonces se identificaba con un vocablo en desuso: local refrigerado. En Málaga, en 1934, no había ningún cine refrigerado. Hoy no se concibe un local sin calefacción y refrigeración.

No recuerdo exactamente el número de localidades o aforo de la sala. Creo que rondaba las doscientas butacas, todas tapizadas de rojo y con una amplitud suficiente para acomodarse sin molestar al vecino, como sucede en los aviones, con asientos vedados a personas propensas a la obesidad; para los ya obesos no hay sitio. Si detallo lo del color de las butacas y otros detalles del Actualidades no es porque me lo hayan contado. En tres o cuatro ocasiones, siendo niño, estuve en el cine con mis padres o con mis hermanos mayores.

Un espectador singular

El Actualidades estaba en la esquina de la calle Calderería y la plaza del Carbón, en pleno centro de Málaga. Hoy, restaurado el edificio, alberga comercios y en la primera planta está la sede de la decana de las empresas anunciadoras de Málaga: Diana.

El cine tuvo un cliente asiduo. En verano, prácticamente, iba todos los días a primeras horas de la tarde para disfrutar de la refrigeración. Me lo contó muchos años después porque no quería renunciar al placer de dormir la siesta en una cómoda butaca a una temperatura ideal.

Como el Actualidades había desaparecido optó por otro cine no lejos del aquél, el Goya. Me lo encontraba los lunes y jueves en el Goya en la primera sesión sin importarle ni la película, ni el tema, ni los actores. Sabía que al apagarse las luces, el sueño le aislaba del resto del mundo.

Este señor era yerno de doña Carlota Alessandri y sus negocios le permitían disponer de las tardes libres para gozar de la vida sin hacer mal a nadie.

Manda el aire acondicionado

Con el tiempo, lo que era exclusivo de la gente pudiente, la refrigeración o aire acondicionado, está al alcance de casi todos los españoles€ como el famoso No-Do, que murió como los noticieros de la Fox, Paramount, Universal, UFA, Pathé€, que fue el único medio de conocer el mundo sin necesidad de viajar; hoy, en muchísimos casos, se puede viajar a los lugares más lejanos y exóticos, visitar monumentos, presenciar partidos de fútbol, carreras de motos y automóviles, conciertos€ y si no se dispone de medios para el viaje, vivirlos ante un televisor de pantalla plana, sonido estereofónico, mando a distancia para cambiar de cadena€ y disponer de aire acondicionado para soportar los rigores del calor o del frío.

El aire acondicionado, en sus vertientes de frío y calor, ya no es un lujo solo al alcance de la gente de la manteca; hasta los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes lo tienen instalado sin cobrar un plus por este servicio.