Adivinar el futuro, en ocasiones, no resulta tan complicado. La foto fija dentro de un año se podrá escribir de la siguiente manera: Finaliza la campaña electoral. Con el ruido todavía de fondo de las autonómicas y con tensión generalizada entre todos los partidos. Varias incógnitas flotan sobre la coctelera del 26M. ¿El efecto Francisco de la Torre será suficiente para que el PP mantenga el Ayuntamiento de Málaga? ¿La apuesta del PSOE por un candidato joven ha sido un éxito o un tiro en el pie? ¿Juan Cassá puede cumplir su mayor deseo en la vida, ser alcalde de Málaga, cuatro años después? ¿Podemos, que en su día amenazó con desfigurar el mapa político acabará por desfigurarse a sí mismo? ¿IU sacrificará sus siglas en honor al dios de la confluencia como gran remedio?

Efectivamente: 26M porque el próximo 26 de mayo del año que viene habrá una cita doble con las urnas.

Convocatoria municipal por un lado, con las grandes expectivas que eso siempre genera, y elecciones europeas, que coinciden el mismo día. Atracón de urnas y resultados garantizado. Sin ir más lejos, el actual panorama en los partidos da buena cuenta de cómo afrontan el año que queda y evidencia los interrogantes aparejados.

De la Torre, c’est moi. Naufragaron todas las teorías, siempre tan a mano en este mandato, y que hablaban de jubilar a De la Torre. Al final, el PP ha tenido que recurrir al actual alcalde por ser el único candidato que ofrece ciertas garantías. Cuesta creer que en todo el partido no haya un recambio, pero siendo Málaga la única gran capital que mantiene el PP, la dirección del partido no se atreve a posibles movimientos en falso. De la Torre ha visto confirmada su condición de líder total y Elías Bendodo se ve obligado a conformarse con acompañarle de número dos. Con el PP achicharrado por la corrupción, se prevé una estrategia electoral basada en reducir al mínimo la parafernalia de la marca del partido. Será una apuestan por situar en primer plano a De la Torre y difuminar la presencia de la organización.

Dani Pérez, alcalde. Que se haya artillado el lema con «Dani» en vez de «Daniel» es toda una declaración de intenciones. Campechano. Humilde. Trabajador. Por último, la juventud, aunque muchas veces resulta ser un camelo.

Son los atributos consumados que vende el nuevo candidato socialista, sustituto de una María Gámez que supo retirarse de la política con una inusitada elegancia. Pérez, con una agenda endiablada, trata de despojarse de cualquier mueca de ingenuidad que se algunos le siguen atribuyendo. «Puede firmar ahora mismo repetir los nueve concejales de 2015», aseguran los más pesimistas. ¿O realistas? Todo depende de la ponderación. Pérez quiere demostrar lo contrario. Para ello se ha rodeado de un entorno que se desvive por él. Por ejemplo, Alicia Murillo. Fuentes señalan que, incluso, irá en su lista.

Escenario Mijas. Es una posibilidad que ven con buenos ojos en Ciudadanos (Cs). Que Juan Cassá sea capaz de sacarse de la manga un acuerdo parecido al que llevó a Juan Carlos Maldonado a ser alcalde de Mijas siendo el tercer partido en número de votos. Es verdad que Cs prepara el casting para designar a candidatos, aunque en Málaga Cassá aparece como fijo. En la terna de su lista tienen muchas posibilidades de repetir Alejandro Carballo, aseguran fuentes directas del partido. Gonzalo Sichar, menos. «Habrá fichajes», añaden las mismas fuentes.

Confluencia. Habrá confluencia entre Podemos, IU y Equo en Málaga. Las últimas dos formaciones ya tienen el acuerdo sellado a la espera de que se sume Podemos. Existe un pacto a nivel autonómico. En la capital, fuentes que participan directamente en la negociación hablan de «buena sintonía». «Sólo toca respetar los tiempos y ser cautos», añaden. Una vez sellado el acuerdo, la dificultad estará en encontrar un candidato a la alcaldía que sintetice todas las sensibilidades de la confluencia.