El futuro de la calle Larios: de las franquicias a las firmas de lujo

Desde hace una semanas, el local de dos plantas de la calle Larios que hace esquina con Doctor Pérez Bryan está desprovisto de letrero, con la persiana bajada y sin actividad aparente.

Una de las firmas textiles de Inditex, Bershka, cerró después de varias décadas en esa estratégica ubicación en el Centro de Málaga.

Según ha confirmado Savills a este periódico, el motivo de la marcha reside en el vencimiento del contrato de alquiler y la aparición de otras ofertas más suculentas que habían puesto el ojo en esa esquina.

«Los movimientos de cambio de negocio en la calle Larios obedecen al vencimiento de contrato de las marcas que había y que la propiedad, a través de nosotros o de otras comercializadoras, lo ponen en comercialización. Al final habrá marcas que se mantengan y otras que salgan como le ha pasado a Bershka», señala el director de retail de Savills, Juan Pedro Hernández, que confirma que la firma de Inditex intentó negociar para quedarse sin éxito.

El de Bershka es un caso concreto pero que advierte de una tendencia cada vez más definida en cuanto al devenir de la calle Larios, que está pasando gradualmente de ser el escaparate de las principales franquicias y cadenas para convertirse en una calle comercial de marcas de lujo.

De hecho, aunque los acuerdos de confidencialidad impiden dar más detalles, Hernández confirma que en el local que durante tantos años ocupó Bershka se va a establecer una marca de lujo que no está relacionada con el textil.

Esa reposición en el modelo de negocio de Marqués de Larios se explica por varios factores. El primero, sin duda, el gran «reclamo» que supone esta vía para las marcas acompañado del crecimiento turístico de la ciudad.

«El sector de lujo ha puesto el foco en la ciudad por el altísimo nivel turístico que tiene, que cada vez es turismo de más calidad, y eso está haciendo a las marcas del sector lujo poner a Málaga en su plan estratégico de expansión cuando antes no lo tenía», continúa el director de retail de Savills.

Por otro lado, los buenos resultados obtenidos por las grandes firmas establecidas en el outlet McArthur Glen del Plaza Mayor, que se plantean también encontrar una ubicación en la ciudad a pie de calle. «Se han dado cuenta que los niveles de venta están siendo óptimos y están explorando la posibilidad de tener presencia en calle».

Y, por último, esa subida de precios en la zona más «prime» de Málaga, que está desplazando a las franquicias, algunas de ellas con contratos antiguos que ahora están expirando.

Actualmente el alquiler en la calle Larios está, de media, en 225 euros el metro cuadrado y aún no ha alcanzado los niveles precovid, cuando la cifra tocó techo llegando a los 250 euros el metro cuadrado en 2019. Pese al elevado precio de los alquileres, la tasa de disponibilidad en esta arteria comercial es solo del 5% debido a ese elevado interés de operadores tanto nacionales como internacionales en asegurarse la presencia en esta calle.

Ese cambio de tendencia tiene como ejemplo el desembarco de marcas como Victoria’s Secret, Bimba y Lola, Adolfo Domínguez o Suárez en los últimos años o, por el contrario, la marcha de Nyx o Vodafone.

Un movimiento que incluso tiene su reflejo en la plaza de la Constitución, con la operación que se desarrollará en el edificio en el que actualmente se encuentra Stradivarius y que ha adquirido Blanes Capital, de los fundadores de Freepik, con la intención de hacer alojamientos y oficinas de lujo.

Aunque Juan Pedro Hernández aclara que Málaga «tiene mucho recorrido» para compararse con el modelo de Puerto Banús, sostiene que la ciudad tiene «tirón» y eso está moviendo a las firmas a luchar por un hueco en su zona más exclusiva.

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