Historias de Málaga

Historia del antiguo Café Universal o de los Campos

Uno de los cafés más reconocidos del último tercio del XIX fue el Café Universal de calle Granada, promovido por el marqués de Iznate Antonio Campos y con decoración de Ferrándiz

Foto de familia de los Campos Torreblanca, con Antonio Campos Garín de pie, en el centro.

Foto de familia de los Campos Torreblanca, con Antonio Campos Garín de pie, en el centro. / Archivo de la familia Campos.

Antonio Lara Villodres

Antonio Lara Villodres

Antes de pasar a exponer la historia de este antiguo café llamado Universal, creo oportuno explicar, los orígenes de los mismos y su evolución hasta nuestros días.

Los cafés fueron lugares donde la gente se reunía para beber un oloroso y fuerte líquido negro, producto de una semilla, traída desde la antigua Etiopía y posteriormente distribuida por América Latina y Asia por los descubridores e introducido más tarde en Europa a lo largo del siglo XVII, siendo uno de ellos el comerciante veneciano Pietro Della Valle en 1645.

En el siglo siguiente, la ingesta del café tomó un alto grado de aceptación por las clases pudientes, pues en ellos no se bebía alcohol. En estos cafés se bebía chocolate y se organizaban tertulias. En Inglaterra fue introducido por el comerciante Daniel Odward, quien abrió el primer establecimiento de café en la ciudad de Oxford.

En Francia este producto fue introducido a través del puerto de Marsella hacia finales del siglo XVII y distribuido por el Sena a todo el país.

Respecto a nuestro país, los estudios sobre la expansión de este producto de origen vegetal presentan varias opciones. Unos indican que la toma del café fue introducida por la Corte Borbón a mediados del siglo XVIII. Y otros señalan que los primeros cafés que se abrieron en España lo fueron por familias italianas como los Gippini, propietarios de varios establecimientos de este tipo, en diversas provincias como Barcelona, Cádiz, Sevilla o Madrid.

Concretamente en la capital de España uno de los cafés más antiguos y conocidos que han perdurado hasta nuestros días es el Café Gijón, en el que fueron famosas las tertulias de políticos, artistas, poetas y escritores.

Fragmento plano de Málaga en 1838, con la zona donde se encontraba el convento de San Bernardo (número 15), manzana en la que se instalaron entre otros negocios el Café Universal

Fragmento plano de Málaga en 1838, con la zona donde se encuentra el convento de San Bernardo (manzana número 15), en la que se instalaron entre otros negocios el Café Universal / L.O.

El Café Universal o de los Campos

De los muchos cafés que han existido en nuestra ciudad a lo largo del siglo XIX y XX, uno de los más emblemáticos con el de la Marina y La Loba fue el Café Universal, cuyo local estuvo situado en calle Granada, en un inmueble levantado en los solares del antiguo Convento de San Bernardo.

Tras la Revolución del 68, el Gobierno provisional decidió expropiar y derribar un cierto número de conventos en Málaga, cuyas parcelas, al pasar a manos municipales, servirían con su venta al proyecto de conducción de las aguas de Torremolinos para el abastecimiento de la ciudad y de esta manera, contribuir a posibilitar trabajo a una masa obrera inerte.

Efectivamente a principios de 1869, un gran número de obras de derribos se llevó a cabo en Málaga con objeto de ofrecer terrenos y parcelas para la venta.

Entre aquellos conventos ya designados para ser derribados estaba el de San Bernardo, erigido por Alonso Vázquez de Acuña en el siglo XVII.

De la demolición del convento resultaron una serie de parcelas que, enumeradas, fueron subastadas públicamente el 1 de marzo de 1870, adjudicándose a los compradores Carlos Alius y Eduardo Spiteri las número 4 y 5.

Sin embargo posteriormente quedó licitada al primero de ellos. Unos meses después, el 29 de septiembre de aquel año, el constructor y financiero Antonio Campos Garín compró al Ayuntamiento ambas parcelas de 320 y 402 metros cuadrados respectivamente, por 289.954 reales.

Desde el primer momento, Antonio Campos dispuso levantar allí un café entre los mejores de la época y para ello invirtió en la edificación de las fincas la importante suma de 232,600 reales.

El proyecto y las obras fueron llevadas a cabo por el conocido arquitecto municipal Jerónimo Cuervo González, quien fue igualmente autor del Teatro Cervantes de Málaga, la abadía del Císter y otras obras de esta familia. Hasta finales de aquel año no solicitó la alineación del rasante. Y en enero fue cuando el arquitecto municipal presentó el proyecto para levantar el inmueble.

A la izquierdaun anuncio del Café-Restaurant Universal en 1878. A la derecha, la lista de cafés de Málaga en 1888, entre ellos el Universa

A la izquierdaun anuncio del Café-Restaurant Universal en 1878. A la derecha, la lista de cafés de Málaga en 1888, entre ellos el Universa / L.O.

Las pinturas de Ferrándiz

El financiero Antonio Campos no contento con el proyecto, quiso que éste fuera el mejor café y el más carismático de Málaga; para ello se puso en contacto con el maestro Bernardo Ferrándiz, director de la Academia de Pintura, a quien le encargó la decoración de los salones.

Como hombre avezado para los negocios, trató con el pintor para que éste mostrara una exposición previa a la apertura de las pinturas que adornarían los techos y las paredes del café. Esta exposición-reclamo transcurrió en el solar del antiguo Convento de la Paz, situado en la plaza de la Merced, propiedad de Antonio Campos.

El pintor expuso una serie de retratos alusivos a personajes conocidos, paisajes de una gran belleza y complejidad así como otros lienzos referentes a escenas de la vida social. Igualmente se podían contemplar los grandes medallones y el fondo del patio ya completamente concluidos y que iban a ser destinados a este fin.

Como vemos, la idea fue un oportuno reclamo publicitario que le dio luego al financiero buenas ganancias que le compensaron lo invertido.

Monumento al pintor Bernardo Ferrándiz, autor de la decoración del café, en el Parque.

Monumento al pintor Bernardo Ferrándiz, autor de la decoración del café, en el Parque. / Wikipedia

Las obras dieron inicio a comienzos del año 1871 y su inauguración tuvo lugar el 29 de marzo del año. El acto contó con gran afluencia de un público variopinto y expectante por un acontecimiento sin igual.

El Café Universal o también conocido como Café de los Campos tenía tres puertas de acceso: una a la calle Granada, otra a la calle Méndez Núñez y una última hacia la calle Cañuelo de San Bernardo. Estaba distribuido en varios salones lujosamente decorados, el principal de ellos, el que daba a la calle Granada y posiblemente al que acudía mayor número de clientes.

En los dos restantes más tranquilos, se agrupaba un heterogéneo grupo de artistas, poetas, etc,…que mantenían diariamente enfervorizadas tertulias.

También la parroquia del café de los Campos se nutría de magistrados, jueces, letrados y otros elementos del aparato judicial.

Según el insigne historiador local Narciso Díaz de Escovar, en uno de sus muchos artículos decía que en el café se proyectaban y creaban periódicos sobre el mármol de las mesas , se escribían versos, algunos más verdes que el perejil y se organizaban sesiones literarias que se convertían en realidad en los salones del Liceo, Instituto y Lope de Vega.

A lo largo de varios años, los Campos estuvieron rigiendo los destinos del café, pero a finales de los años 80 del siglo XIX, el magnate y marqués de Iznate sufrió, a raíz de la aparición en Málaga de la temible filoxera, una caída vertiginosa en sus negocios y una de sus soluciones fue vender el café.

Posteriormente y siendo propiedad de otros dueños, a inicios del siglo XX el café celebró numerosos eventos entre los que se contaba los bailes de máscaras. A ellos acudía un selecto número de personas y aquellos festejos transcurrían en un ambiente casi familiar sin altercados ni broncas.

De café a imprenta y almacenes

Sin embargo años, más tarde, y a lo largo de la etapa conocida como ‘flamenquismo’, esta rigidez languideció y dio pie a la irrupción de ambientes más proclives al jaleo y escándalos. Se dio el caso que algunas veces, por orden gobernativa, el local Universal fue cerrado, dado los alborotos públicos que hubo. Al parecer este y otros problemas dieron con la desaparición y cierre de este antiguo café.

Con posterioridad el local fue ocupado por la conocida Imprenta y Litografía de Ramón Párraga que duró hasta los años 40, del siglo XX.

Años después en el inmueble se alojó quizás uno de los primeros almacenes de ropa de Málaga, llamado Almacenes El Águila y luego los conocidos Almacenes Polonio de loza y vajillas.

Con estas breves líneas, hemos querido recordar la azarosa vida de uno de los antiguos cafés de la Málaga del ultimo tercio del siglo XIX.

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