Hoy día 8 de septiembre se celebra el Día del Cooperante, que busca reconocer la labor de solidaridad que a lo largo del año realizan los ciudadanos. Málaga no atraviesa un buen momento. Al menos esa es la visión que nos ofrece el representante de Médicos del Mundo.

-¿Habitualmente son los malagueños solidarios?

-Ante una emergencia, que suele tener una gran repercusión mediática, aumentan mucho las donaciones pero cuesta mantener los proyectos de larga duración. En Médicos del Mundo hemos tenido que hacer en ocasiones malabares para mantener determinados programas de Málaga. En definitiva yo diría que tan sólo se vuelcan de forma puntual.

-¿Médicos del Mundo cuenta con los voluntarios y las aportaciones necesarias?

-No. De hecho, el flujo de voluntarios que veníamos recibiendo está estancado. Nos vemos en la necesidad de salir a la calle e ir a la Facultad de Medicina, la Escuela de Enfermería, etcétera, para darnos a conocer otra vez.

-¿Por qué cree que está pasando esto?

-No creo que la gente no tenga interés en ser voluntaria sino que existe mucha oferta de ONG y cada uno busca la organización que más se adapta a sus gustos. En Médicos del Mundo trabajamos con la población activamente. Creo que en nuestro caso el problema es que estamos ante un relevo generacional.

-¿Cuál es la actividad de la organización en Málaga?

-Desarrollamos dos programas. Uno de atención sociosanitaria a inmigrantes y otro a la prostitución. Además de los proyectos en países subdesarrollados atendemos en el primer mundo a lo que se conoce como cuarto mundo, es decir, nos ocupamos de los necesitados. En Málaga se observó que era preciso atender a la población inmigrante y a las prostitutas.

-¿Cuál es el perfil del voluntario de la organización?

-Aunque siempre existe un fondo de atención sanitaria no todos somos médicos, sino que hay psicólogos, trabajadores sociales, etcétera. Todos son necesarios para llevar a cabo un proyecto.

-¿La norma es que los voluntarios quieran viajar a países subdesarrollados y participar en los programas?

-Es algo que se decide en Madrid, desde donde se analiza la idoneidad de la persona. Actuamos en países donde exista un índice de desarrollo humano bajo, sobre todo en África e Hispanoamérica. Aquí contamos con unos 30 voluntarios más tres técnicos (asalariados).

-¿Qué requisitos hay que reunir?

-Hay mucha gente interesada que a veces se encuentra con la frustración de no poder actuar en los programas. La cooperación se ha profesionalizado mucho, ya se habla del profesional de la cooperación. Por ejemplo, a nosotros nos exigen el dominio del inglés y dos años de experiencia sanitaria.

-¿Ha viajado a otros países?

-Sí. He estado atendiendo en la zona afectada por el tsunami, en el Chad y en la crisis que hubo en Mauritania hace un año cuando 50 inmigrantes quedaron en tierra de nadie.

-¿Qué empuja a una persona a tomar esta decisión?

-Es una experiencia muy grata. En algunos países he llegado a un alto nivel de estrés psicológico, como en el Chad, porque como te apoyas en el sistema sanitario que existe, si no funciona el índice de frustración es elevado.

-¿Cómo fue su experiencia en el tsunami?

-Una emergencia es diferente. Vas con material y en este caso era un segundo mundo, no un tercero. Cuentas con personal formado que no tiene nada y que tiene ganas de trabajar.

-¿Qué motivos le han llevado a realizar estos viajes?

-El contacto con las personas. Un médico de aquí se va allí donde no hay personal y tiene un potencial de ayuda impresionante. Hay destinos más duros que otros.

-¿Cómo se puede colaborar con Médicos del Mundo?

-El ciudadano puede ser donante en una emergencia, realizar una aportación puntual o ser socio, pagando una cuota y teniendo voz y voto en la organización. Málaga no es una delegación, sino que simplemente existe representación en la ciudad.

-¿Existen proyectos futuros?

-La actividad indudablemente tiende a aumentar. Ya se está planteando la necesidad de iniciar nuevos programas en la región.