No hay reconciliación posible. El Málaga CF y Yasmín Al Sahoud están abocados a verse las caras en los tribunales de justicia. De hecho, la ex directora general del club, que aunque nunca tuvo contrato laboral vigente trabajó como tal e incluso fue presentada oficialmente, ya ha interpuesto una demanda civil en un juzgado de primera instancia de Madrid por daños a su imagen. Estudia también acudir a la vía penal, aunque la querella no ha sido aún presentada.

El Málaga se puso en contacto con la abogada hace dos semanas para proponer una reunión en la que acercar posturas, pero la respuesta de la ex directora general fue tajante. Al Sahoud quiere lavar su imagen, no está interesada en alcanzar ningún acuerdo previo y por ello sus abogados ya han acudido al juzgado para demandar al club y a Abdullah Ghubn.

Ahora el juez encargado del caso debe fijar una fecha en la que se celebre una audiencia previa en la que se aporten las pruebas y se trate de alcanzar un entendimiento. Si en esa reunión entre los letrados no se llegara a buen puerto, la demanda seguiría adelante y se iría a juicio. Los abogados de Al Sahoud pondrían precio por los presuntos ataques a su honor y a su imagen, exigirían una rectificación pública y una reclamación por los servicios prestados.

La abogada se incorporó al proyecto del jeque Abdullah Bin Nasser Al Thani este verano, ya que su padre, Taysir, fue el intermediario entre el nuevo propietario y Fernando Sanz. Su incorporación al día a día del club se llevó a cabo con normalidad y junto a Abdullah Ghubn, vicepresidente y hombre fuerte de la entidad, formaron una fructífera pareja de trabajo.

Todo, sin embargo, saltó por los aires el fin de semana del arranque de Liga. La tarde del 27 de agosto ya hubo una fuerte discusión entre ambos y el 28 por la mañana, el mismo día del partido, Ghubn ordenó que no volviera a la sede del club. Ni fue a la comida de clubes con el Valencia ni se sentó en el palco de autoridades.

Ese domingo 29, Yasmín envió una nota en la que explicaba su traumática salida de Martiricos y desvelaba que la sociedad que respalda al Málaga CF atravesaba por graves problemas económicos. Ghubn convocó a los medios al día siguiente en La Rosaleda para zanjar el asunto y explicar que Al Sahoud pretendía ganar más dinero que el jugador mejor pagado. Tampoco desmintió lo que apuntó algún medio sobre posibles irregularidades en las cuentas del club.