En un escueto comunicado enviado a los medios de comunicación, el Málaga Club de Fútbol sale al paso de la polémica suscitada en torno a la venta y desmantelamiento del actual proyecto, que ya incluye la venta de Cazorla al Arsenal inglés y la más que probable salida de jugadores como Toulalán, Isco y Rondón; e incluso la del entrenador Manuel Pellegrini . Tras una semana de negociaciones infructuosas de la venta del club, la entidad reconoce que no se acometerán fichajes de gran calado y que el club se adaptará "a los estándares del Fair Play financiero, con la intención de garantizar la autosuficiencia y sostenibilidad de la entidad de Martiricos".

Los nervios a flor de piel. La afición está que trina porque ve cómo el sueño de un Málaga grande se escapa, cuando más cerca estaba la meta. Si ayer unos 250 aficionados se concentraron en la puerta del estadio del Atletismo para exigir respuestas al club de sus amores, hoy esa tensión ha acabado en agresión y trifulca. Un grupo de aficionados, concentrados en La Rosaleda, ha destrozado el coche del hasta ayer director deportivo del Málaga, Antonio Fernández, golpeando la carrocería del mismo y arrojándole varios cascos de motocicletas, aunque el vehículo ha quedado destrozado, no hay que lamentar daños personales, pese que Fernández viajaba en asiento del copiloto.

Abonados Otra cuestión pendiente que tendrá que solventar el jeque o los nuevos compradores del club, es el fraude que supone para miles de aficionados el desmantelamiento del proyecto. Compraron su abono para un equipo Champions con una plantilla de garantías, que tenía a Cazorla como su máxima referencia. La salida del asturiano parece ser sólo la punta de un icerberg que comienza a derretirse en un mar malaguista cada vez más enrarecido.