Su rostro es familiar para los residentes en los alrededores del antiguo campo de fútbol Francisco Norte, en Marbella, aunque nadie sepa cómo se llama. Charles Ikubor vela por las obras del aparcamiento subterráneo que la empresa Conservera Celta construye en esta parcela, de uso originariamente público y deportivo. Es el vigilante de seguridad.

La empresa vinculada al promotor granadino José Ávila Rojas, la sociedad anónima Arco, le contrató en octubre de 2010. No era un primer trabajo para Charles. Emigró a España desde Nigeria hace doce años. Desde aquí mantiene a seis hijos allí. No era más que una nueva oportunidad laboral.

El salario pactado no era justo pero tampoco estaba mal. Estaba por encima de los mil euros mensuales. Lo que nunca se imaginó es que tendría que vivir sin ellos pese a cumplir con su deber.

Arco dejó de pagarle en junio y siguió sin hacerlo en julio, agosto, septiembre y en octubre. «Tuve que quedarme a dormir en las obras porque no podía pagar el piso que tenía en Málaga ni el autobús para llegar», aseguró a este diario.

En la mendicidad

Charles llegó a una situación extrema. «Mis vecinos me daban de comer. En especial, una vecina que se portó muy bien conmigo, que se llama Maribel», dijo. «¿Por qué tengo que vivir en la mendicidad si tengo trabajo?», se preguntó durante meses.

El responsable de la sección de Construcción del sindicato Comisiones Obreras, Francisco Díaz, fue el clavo al que Charles se agarró para reclamar sus derechos. Lo hicieron mediante una denuncia a la que tuvo acceso La Opinión.

Fuentes de la sociedad anónima Arco indicaron a este diario que el conflicto ya está en vías de extinción. «Le hemos adelantado un mes de salario y la próxima semana nos reuniremos para pactar el pago de las cantidades que quedan, unos 8.500 euros», según manifestaron.

Charles se ha pasado cinco meses con contrato pero sin sueldo; parado en la práctica pero sin cobrar el subsidio. Ahora está a la espera de que la empresa le dé de baja para comenzar a cobrar la ayuda por desempleo que, confiesa, tanto necesita.