El A3 es un fijo en las carreteras españolas. Un vehículo de marca premium que ofrece las garantías de calidad que van aparejadas a la marca de los cuatro anillos. Ahora, la variante del Sportback, ha sido la última en recibir un lifting para darle un toque de renovación a uno de los modelos que ha logrado brillar con luz propia por encima de su hermano del A3. Una primera mirada al nuevo Sportback deja claro que no se está ante una gran revolución en el diseño. La intuición dice que esta vendrá más adelante. De entrada, nos topamos con un radiador más ancho y los faros delanteros lucen un dentar. Un óptica que entra por los ojos, sin duda.

Por un desembolso extra, podemos apostar unos faros LED para que nos saquen de la oscuridad. Merece la pena cada centavo que se paga porque mejoran aún más a los faros bi-xenon que vienen de serie. Un cockpit digital se adueña del interior del vehículo, aunque todavía no estemos hablando de una pantalla del tamaño de un televisor. Casi que mejor porque uno siente que está en un coche y no en una nave espacial, aunque sabemos que la evolución va por esos derroteros. A pesar de todo, ya nos bailan dos docenas de cifras que nos informan sobre todo tipo de detalles que pudieran antojarse interesantes. El verdadero arte que produce bienestar está en la combinación lograda entre una apuesta por la modernidad, pero sin renunciar para ello a la vieja solvencia a la que nos tiene acostumbrado el fabricante de Ingolstadt. Así, al poner las manos sobre el volante, éstas caen sobre los botones colocados con suma precisión.

Durante la conducción, el A3 Sportback se mantiene en A3. Las curvas se toman con facilidad y la amortiguación no es demasiado rígida. Un sinfín de asistentes de conducción miran por la seguridad del conductor. En cuanto a la motorización, la entrada lo hace un diésel de tres cilindros con 115 caballos. Ronda los 30.000 euros. Solvencia, desde luego, pero tampoco hay que esperar grandes fiestas. Estas sí las ofrece, sin embargo, el Quattro con 190 caballos y doble embrague. Una máquina de dos litros que marcha sin hacer mucho ruido y consume unos 7,9 litros de gasolina Super. El diésel, con un litro menos, supone un ahorro para nuestros bolsillos. Dada la madurez del Sportback, cualquiera de los modelos ofrece garantías más que suficientes para afrontar años de satisfacción al volante.

En la provincia de Málaga, el Sportback se puede contemplar y probar en las instalaciones de Safamotor en la avenida de Velázquez y está disponible por unos 333 euros al mes.