Hubo un tiempo en el que los militantes del PSOE proclamaban con orgullo su condición de seguidores de Pablo Iglesias, aquel tipógrafo que convirtió su modesta y austera forma de vida en el mejor de sus discursos políticos. Está claro que los tiempos eran otros y también otros los líderes del partido. Ahora lo que se despacha en las alturas del PSOE es otro discurso: el de la doble moral que brama cuando la oposición perpetra una cacicada, pero la disculpan cuando es ZP quien la avala.

El nombramiento de David Taguas como nuevo presidente de SEOPAN (el ´lobby´ de las grandes constructoras), en término éticos, no tiene un pase. También ofende a la estética y puede que hasta vulnere la Ley de Incompatibilidades que regula las actividades de los altos cargos de la Administración. Ley establecida para evitar el posible tráfico de influencias o los trasvases de información privilegiada.

En 2005, cuando un colaborador cercano a Aznar (Alfredo Timermans) fichó como delegado de Telefónica en EEUU, Zapatero promovió la apertura de un expediente de incompatibilidad. Lo que entonces le parecía reprobable, ahora, cuando se trata de uno de sus amigos, no tiene nada que decir. Sencillamente, farisaico. ¡Qué personaje!