Mucho más peligroso que el pinchazo de una rueda suele ser ponerse a arreglarlo al borde de la vía. Es el problema de Grecia, y esperemos no llegue a ser nunca el de España. Debes demasiado dinero, no se sabe si podrás pagarlo, te suben los intereses por el mayor riesgo del préstamo, pierdes mucha más sangre todavía, y al suelo. Luego los carroñeros se cebarán en los despojos durante tiempo. Cuando los mercados notan olor a sangre salen en tropel detrás de la pieza herida, pero no para auxiliarle, sino para morder fuerte y sacarle la sangre que le quede. Papandreu, Primer Ministro de Grecia, no pide por ahora que otros países le ayuden con dádivas, sólo que los poderosos del mundo sujeten a los perros, para que no se ensañen con su país y lo desangren. Lo que pide va contra la lógica canalla del sistema, o sea, contra el sistema. Por eso su intento tiene tanto interés para todos.