Bono y los bonos

Nada descubriré si afirmo que la economía española atraviesa por una gravísima y profunda crisis. Los políticos encargados de las finanzas, ya sea por el motivo que sea, no acaban de acertar con medidas eficaces que ayuden a emerger del profundo pozo en el que estamos sumidos. Ante esta situación alguna agencia de calificación de créditos ha rebajado la fiabilidad de los bonos de la deuda española. A todo esto hay políticos que, habiendo demostrado su capacidad y bien hacer en su economía particular se encuentran desaprovechados, pues aun ocupando importantes cargos, éstos carecen de influencia económica. Me refiero, concretamente, al sr. Bono, presidente del Congreso de los diputados. Si este extraordinario económico y político, al que avala un fulgurante y exitoso balance económico, optase por tomar las riendas del carro de la economía española no tardaríamos en disfrutar de sus benéficos efectos y las agencias antes citadas no les quedaría más remedio que volver a recalificar a los bonos españoles como lo más fiables del mundo, devolviéndoles la máxima calificación de la triple A.

Manuel Villena Lázaro

Málaga

El destape y las Damas de Blanco

¡Qué manía la de desnudarse a favor o en contra de algo!

Que no hay presupuesto en la empresa, pues se desnudan para que solucionen el problema.

Que quieren que el publico conozca lo que hacen, qué mejor que desnudarse.

Que pertenecen a una ONG y necesitan dinero, hacen un calendario desnudas.

Que se enfadan, se desnudan para mostrar su enojo.

Que se quiere luchar contra el cáncer, alguna actriz vende sus fotos desnuda y queda como una reina ante la causa ya que esas fotos se venden, aunque el cáncer tarde en solucionarse.

¡Y cuánto calendario benéfico se comercia cada año por una buena causa, con cuerpos sin ropa y posturas sensuales!

La carne tira lo suyo y siempre ha sido y será un buen negocio. Pero yo no sé si tanto destape es la excusa para reivindicar algo o para, descaradamente, mostrar sus cuerpos porque se sienten muy a gusto con ellos. Se me antoja pensar que hay mucho de esto último. Los problemas, a mi parecer, se solucionan de otra manera si es que hay arreglo.

No sé si estas mujeres luchan por la igualdad de sexos. Si fuera así no lo entiendo. Más que avanzar degradan su persona.

Sin embargo, ahí están las damas de blanco cubanas, unidas con fines comunes, con problemas tan grandes como montañas, que luchan por conseguir lo que es justo y van alcanzando sus metas sin llegar a desnudar más que el corazón, que se les sale del pecho junto con las penas y las ansias de libertad. Es más, se visten de blanco, el color de la paz. Y tienen las ideas muy claras: libertad para sus esposos y familiares.

Sufren y son acosadas, pero se niegan a conformarse, a que les opriman el cerebro, a traicionar los motivos de sus esfuerzo. La causa es justa y sin desnudeces. Es lo que les queda. ¡Qué lucha más diferente!

Isabel Pavón Vergara

Málaga

Los riesgos del petróleo

Una vez más tenemos que lamentar un desastre ambiental de dimensiones catastróficas provocado por la desidia del ser humano.

Desde el pasado día 20 de abril se están vertiendo al mar, en el Golfo de México, 25.000 barriles de crudo diarios (unos 4millones de litros) y en el momento de escribir esta carta (2mayo) la extensión de la mancha creada alcanza ya los 10.000km2, equivalente a la superficie de Navarra. La empresa propietaria de la plataforma (BP), y responsable directa del derrame, aseguraba en un informe medioambiental en 2009 que un accidente que pudiese dañar el litoral, las costas y la fauna de los estados del Golfo de México era muy poco probable o imposible. Pero cuando grupos ecologistas denuncian los riesgos potenciales (y los daños reales) que este tipo de prácticas tienen sobre el medio ambiente, la salud y la supervivencia misma de nuestra especie se les tacha de agoreros, anti-sistema e incluso de demagogos. Sin embargo, nos creemos a pies juntillas las promesas de las grandes empresas y confiamos ciegamente en la tecnología como remedio para todos nuestros males.

Hemos construido un modelo de sociedad completamente dependiente y parasitario del petróleo, y preocupado únicamente por la reproducción acelerada del capital. Por ello, no contemplamos riesgos que puedan ralentizarlo y ponemos en juego nuestra propia supervivencia de forma sistemática. Hemos pasado a ser controlados por el sistema que nosotros mismos hemos creado para perpetuarnos.

¿No sería más honrado apostar por un modelo más sostenible, más pausado y más seguro, basado en energías y tecnologías limpias y libres de riesgos que seamos capaces de dominar?

David Tijero

Málaga