He convocado una reunión de ingenieros, arquitectos, banqueros, urbanistas y, lo que es más importante, de prestidigitadores. El motivo no es otro que hacer una pensada para entender qué hacemos con el famoso bulevar sobre las vías del tren y con el de la Carretera de Cádiz. Las opciones (urbanísticas y de financiación) no son pocas y a medida que pasa el tiempo se suman nuevas alternativas que añaden un poco más de emoción a la cosa y que me obligarán a ampliar el sanedrín con la bruja ´Lola´, un psiquiatra y un buensamaritano. Osea, una pasta en personal y un alivio para las listas del paro.

Ayer, la consejera de Obras Públicas de la Junta le dijo al alcalde de Málaga que su idea es unir el inicio de los trabajos del bulevar sobre las vías soterradas y el de la semipeatonalización de Carretera de Cádiz. Y reiteró el compromiso de la Junta de abonar el 50% de los dos proyectos. Bien. Como segunda opción propuso que el Gobierno andaluz empiece los trabajos en la Carretera de Cádiz cuando le apetezca y que el Ayuntamiento hago lo mismo en el bulevar. Una especie de barra libre institucional. El alcalde le contestó que no es necesario ligar ambas actuaciones. Y la consejera respondió que "dos no pelean si uno no quiere y yo no me voy a pelear con nadie". Conclusión, no hay acuerdos de cómo abordar los proyectos, la financiación en el caso del bulevar es un lío y, ayer, suman otro punto más para el debate: empezamos las dos obras a las vez o que cada uno haga lo que pueda. La lógica dice otra cosa.

Primero, la Junta y el Ayuntamiento deben cerrar cómo se hará el proyecto de Carretera de Cádiz. Con coches, sin coches, con medio coche. Segundo, el Gobierno central y el Ayuntamiento deben pactar las compensaciones económicas sobre el bulevar, que tenía que estar listo en 2007. Y tercero, una vez todo resuelto, firmado, sellado, compulsado, que empiecen las malditas obras. Por tanto ofrezco a parte del sanedrín para que alguien ponga cordura. Opciones, la bruja ´Lola´ estaría bien para conocer futuros escollos; el prestidigitador podría esfumar al rival, y el psiquiatra tumbará en el diván a todo ciudadano que haya intentado entender algo. Es una idea.