«Ciudad Aaeroportuaria», otro monumento al despilfarro

En los últimos días se ha conocido que, bajo el pretencioso nombre de «Ciudad Aeroportuaria del Ocio y la Investigación», el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre está tramitando una modificación sustancial del PGOU para transformar 378 hectáreas de terrenos agrícolas de primera calidad en suelo industrial y residencial, como si en Málaga estuviéramos sobrados de suelo productivo y faltos de polígonos y viviendas.

En la presentación, el alcalde afirmó que se había calculado que el proyecto «tendrá un impacto económico equivalente al cuatro por ciento de todo el PIB de Andalucía», con una creación de 25.000 empleos directos y 80.000 indirectos. Ignoramos qué lumbrera ha hecho los números; pero es curioso observar cómo se les llena la boca con la palabra «creación». Convendrán conmigo en que muchos políticos son hombres de fe.

Los suelos afectados por el proyecto están entre los mejores y más productivos de Málaga, con huertas, explotaciones de cítricos y viveros. Dan trabajo hoy -no en los sueños del alcalde- a muchas familias y constituyen un patrimonio natural de gran valor.

Hace pocos días, el grupo SEO-Málaga de la Sociedad Española de Ornitología ha aportado al expediente de evaluación ambiental del proyecto un informe muy completo que demuestra que en la zona del entorno de Zapata y Peñón de Zapata, afectadas por el proyecto, se han censado 121 especies de aves, de las que 3 están catalogadas como «en peligro de Extinción» y 10 como «vulnerables» en el Libro Rojo de las Aves de España (2004), y 27 están incluidas en el Anexo I de la Directiva Aves de la Unión Europea, por lo que sus hábitats han de ser objeto de protección especial.

Si hacemos el ejercicio de olvidar la destrucción de naturaleza, que no debería dejarnos indiferentes, la cuestión que nos debería preocupar es el disparate que representa que, tras la crisis inmobiliaria que estamos padeciendo, un Ayuntamiento siga pensando en que los puestos de trabajo y el desarrollo vienen de la mano de transformar terrenos aluviales, profundos y ricos, con grandes posibilidades agrícolas, en más polígonos industriales y parcelas para viviendas.

Yo creo que es importante recordar que en el área metropolitana de Málaga hay grandes extensiones de suelo industrial muy cerca del aeropuerto, ya desarrollados y que están pendientes de ser utilizados. Recordemos el área industrial de la antigua Azucarera, los suelos entre la A7 y el antiguo Campamento Benítez, el enorme polígono en fase de promoción sobre las parcelas de Intelhorce, la zona de San Julián, etc. De las naves vacías en El Viso o en Polígono del Guadalhorce ni hablamos, y de la ampliación del PTA sin demanda alguna tampoco.

La monserga de los «puestos de trabajo» no es más que una excusa para otro monumento al despilfarro a mayor gloria de la vanidad de los malos gestores. Una excusa con la que se volverán a destruir suelos muy valiosos que ahora sí está generando riqueza agraria, con explotaciones rentables y posibilidades de futuro por la cercanía del mercado de la capital y la costa.

¿Cómo se pretenden crear estos puestos de trabajo sin inversores que pongan el dinero? ¿Qué empresario arriesgará su dinero tras un sencillo inventario de la enorme oferta de suelo industrial cercano al aeropuerto que espera comprador o inquilino?

Se echan en falta iniciativas económicas imaginativas y con futuro, que sustituyan al horror de más polígonos y más viviendas vacías. Sorprende observar cómo muchos aviones viajan al Reino Unido o a Alemania con sus bodegas llenas de productos ecológicos de otras zonas de Andalucía, mientras la agricultura del valle del Gualhorce languidece, falta de iniciativas empresariales en ese ámbito, de enorme futuro. La cercanía a los medios de transporte y a la Costa del Sol son oportunidades únicas, ¿qué interés hay en destruir el medio de producción -la tierra fertil- más escaso?

Julián Muñoz Ortega . Málaga

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