Fue en el año 2004 cuando el Ayuntamiento de Málaga, que por entonces contaba con Diego Maldonado como concejal de Cultura, inició un proyecto cultural necesario y de justicia. Se le llamó Red Málaga y su lema era: «La cultura más cerca». Con la brillante idea de descentralizar las actividades culturales y ofrecer una programación estable en los distritos de la ciudad, aquella red hizo más próxima la cultura, ayudando tanto al desarrollo de compañías locales como impulsando nuevos espacios y creando nuevos públicos. Pero el sueño duró lo que dura una promesa electoral. En octubre de 2007, con Miguel Briones al frente de la cultura municipal, el ciclo falleció.

Este periódico publicó el asunto -que nunca fue anunciado ni explicado- con un titular muy simple: «Ya no hay teatro en los barrios». Una frase que provocó cierto pánico entre los habitantes de la Casona del Parque. Francisco de la Torre no tardó ni un segundo en levantar el teléfono rojo para intentar resucitar al difunto sin que nadie notase su deceso. Y aunque el milagro era imposible, lo muerto muerto estaba y muerto se quedó, la obligatoria consigna -que se estuvo repitiendo hasta que Briones abandonó Cultura- fue la siguiente: «Red Málaga no ha desaparecido. Se trata de una suspensión temporal y estamos intentando mejorarlo».

Miguel Gallego sabe bien de lo que hablo, puesto que año tras año, y rueda de prensa tras rueda de prensa, ha soportado la misma pregunta de los plumillas a los distintos responsables culturales que iban pasando por el Cervantes. Damián Caneda fue el último en ser cuestionado al respecto. «¿Sabía usted que nos llevan años prometiendo que la cultura volverá a los barrios?» Caneda lo sabía. Y sabía que era un punto primordial a rescatar. Por eso los malagueños deberíamos felicitarnos por la iniciativa anunciada el pasado miércoles que llevará a formaciones musicales como la Filarmónica, Cármina Nova y Concerto Málaga de gira por diversos distritos. Igual de ilusionante resulta el programa Teatro en las azoteas y el taller Teatro para aficionados. Con todos ellos, los ciudadanos tendrán un acceso a la cultura más directo, más cercano, más eficaz.

Eliminar Red Málaga fue un error. Aquel ciclo fue ejecutado a escondidas y a la espera de que nadie reclamase su cadáver. La crisis no era ni siquiera una excusa en 2007. Parece que algo ha cambiado en Málaga respecto a la visión de la cultura y su enriquecedora función, puesto que levantar estos proyectos en los distritos con la que está cayendo es un mérito a señalar. Caneda está zarandeando todo el espectro cultural de la ciudad para, con mayor o menor acierto, mejorarlo y modernizarlo. Ojalá tenga suerte con su gran caballo de batalla: el Festival de Cine Español, cuyo director gerente anunció el pasado martes recortes de actividades y austeridad en el gasto. Bueno, y también confesó desconocer el número exacto de personas que tiene a su cargo. Eso sí que es austeridad.