ESTA ES LA REALIDAD

Somos un grupo de funcionarios de justicia formado por los cuerpos de gestión procesal, tramitación procesal y auxilio judicial, que trabajamos en uno de los juzgados de Alcorcón, localidad del sur de Madrid. Acabamos de leer la carta que ha escrito en su periódico el señor Fermín Javier Villarrubia Martos, secretario judicial, y no salimos de nuestro asombro.

Llevamos bastantes años trabajando como funcionarios en diversos juzgados de España y creemos que la realidad no se ajusta a la información que facilita este secretario. Lo que él cuenta pasará en su juzgado, pero en el resto la realidad es muy distinta.

En la expresión «los secretarios judiciales dictarán más de un millón quinientos mil decretos» hay un error digamos que tipográfico. La expresión correcta es firmarán, porque como sabe todo el mundo que tiene relación con el mundo de la justicia los secretarios sólo firman las resoluciones. Somos los funcionarios los que las redactamos y las hacemos y ellos las firman, ya que nosotros no podemos firmarlas.

También afirma este secretario que los lanzamientos los acuerdan y se practican por el secretario judicial. Creo que está equivocado o es el único secretario de España que acuerda y practica lanzamientos. Los lanzamientos en los juzgados los hacen los funcionarios del cuerpo de gestión y auxilio judicial mientras el juez y el secretario se quedan en sus despachos. Ya se han encargado de que en la Ley se establezca la delegación de la práctica de esta diligencia para que sean los funcionarios de los juzgados las que las lleven a cabo.

Me parece bien que quiera defender a su colectivo pero lo que no me parece de recibo es que se mienta, que se diga la verdad, lo que hace cada uno en un juzgado y no engañar a la gente e indignar a los funcionarios judiciales que conocemos la realidad que vivimos día a día y que gracias a nosotros los expedientes salen adelante. Si los secretarios no existieran su ausencia se notaría pero no demasiado. Si los funcionarios no existiéramos los juzgados se hundirían.

Rosa Maria Alonso VillatobasMálaga