El balonmano español ya tiene nuevo mandatario. El resultado de las urnas, tras un proceso electoral marcado durante algunos días por la impugnación e incertidumbre de la candidatura del que a la postre ha sido elegido nuevo presidente, Francisco Vidal Blázquez García, dejó claro que la asamblea, con su elección, apuesta por un dirigente menos carismático que su opositor, José Javier Hombrados, portero de la selección española y del Atlético de Madrid.

A primera vista las bases del balonmano le han ganado la partida al profesionalismo. A su propia imagen. La cantera abanderará el proyecto. El resultado es toda una incógnita. Llegar a los cimientos de nuestro deporte, a los centros educativos, allí donde nace el potencial balonmanista, será sin duda uno de los pilares del proyecto de Paco Blázquez, hombre de balonmano, árbitro en activo y gerente de la Federación Territorial de la Comunidad Valenciana, que ya ha tomado sus primeras decisiones, acertadísimas a mi criterio, nombrando seleccionador nacional a Manolo Cadenas y manteniendo en el cargo a Jorge Dueñas como entrenador de la femenina.

El profesor Laguna será otra de las grandes figuras del balonmano español que recalarán en Ferraz 16, para desde la dirección técnica coordinar el trabajo de todos los combinados nacionales. Quilates de experiencia.

Apoyado en cuatro firmas patrocinadoras, como ha anunciado Blázquez durante todo el proceso electoral, la economía no debe ser un problema si como afirma su antecesor, Juan De Dios Román, el déficit está prácticamente cubierto con los beneficios que ha dejado el Mundial. Superar eso sí las marcas a nivel deportivo se antoja harto complicado ya que tanto la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos como el oro en el Mundial de España son hasta la fecha el mayor legado dejado por un presidente tras su legislatura.

Estoy convencido de que con el tiempo valoraremos en su justa medida todo lo que Juan De Dios Román le ha dado al balonmano durante su brillante y dilatado recorrido. Se retira un erudito, un maestro, uno de los grandes profesores del balonmano a todos los niveles, nacional e internacional, al que seguramente en algún momento de su amplia trayectoria le faltó un poquito de mano izquierda, un gesto de humildad o una palmadita en la espalda para el que tenía a su lado. Nadie es perfecto. Pero nadie puede discutir, nadie, todo lo que le ha dado a nuestro deporte. Prestigio a nivel institucional desde el estamento federativo, contactos a nivel internacional y otras suertes que tendremos que volver a ganarnos.

En el camino se ha quedado la promoción, la equiparación e igualdad del balonmano masculino con el femenino, una lucha histórica que sigue sin resolverse, pero lo que quizás nunca debió dejarse a un lado fue el Campeonato de España por selecciones infantiles, que aún sin contar con fondos estatales, debió celebrarse por encima de cuestiones económicas. Son el futuro.

Las diferencias dentro del colectivo arbitral han marcado también una legislatura apasionante, que nos ha dejado cosas positivas pero también un largo e interesante camino todavía por recorrer. Adecuar las competiciones a la realidad económica será otro de los retos a partir de ahora. La suerte de Paco Blázquez será la suerte del balonmano español.