Este martes, aprovechando el cambio del festivo en la capital, la Escuela Taurina aprovechó para organizar una clase práctica en La Malagueta con la presencia de Juan José Padilla. El maestro jerezano salió a hombros de los alumnos de la escuela de Málaga y el coso ya calienta motores para la presentación de los carteles de la Feria de Agosto.

En esto de los toros antes había quien pensaba en el futuro dejando de lado el presente. Pero ahora hay que ir asegurándose poco a poco de que el presente existe. En estas fechas ya se puede decir que Málaga va a tener una feria taurina la mar de interesante y que, si todos los cabos se atan, la afición tendrá lugar para su predilecto José Tomás.

Un año más se condiciona el ciclo de agosto a la presencia del de Galapagar. Nada nuevo, el toro parece que hace años se paró y empezó a girar en torno a Tomás. Málaga, parece, más que nadie. En los años con José Tomás en los carteles los registros de abonos han sido inigualables. Los propietarios del coso han puesto toda la carne en el asador y han buscado específicamente a un arrendatario que pueda hacer realidad la llegada del genio moderno de la tauromaquia. A toda costa.

Si encima se cumple la bajada de los abonos, la facilidad en los pagos y una correcta planificación de la Feria, podremos volver a respirar tranquilos gracias a Cutiño. Tras el pufo de los Chopera -inolvidable- en Pacífico se han puesto las pilas para contentar a una afición herida casi de muerte.

En manos de Cutiño, qué responsabilidad, está ahora el futuro de la fiesta en Málaga. Si viene con Tomás de la mano podremos celebrar una temporal resurrección taurina. Si eso es así, allende los mares disfrutarán los aficionados con los triunfos de Málaga.