La derecha ni hace prisioneros ni deja heridos, solo sabe matar y si es posible en las cunetas», Juan Pablo Durán, secretario provincial del PSOE Córdoba. Un perla que, para defender a una compañera, pone a funcionar el ventilador de las soplapolleces. Y tan tranquilo, oye. Y es que me da que existe una ley de equilibrio no escrita entre los partidos mediante la que una barrabasada es solo un nuevo reto para el de enfrente. De altura, oiga. Hablando de grandes políticos y estrategas, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, decía que espera que «lo que ocurrió el sábado no vuelva a repetirse por ningún partido». Es algo así como una disculpa. O no. No se sabe. Porque escrachear solo es violencia cuando lo hacen los ciudadanos, que no os enteráis, comeflores. Que un vicepresidente, con máster y todo, trate de saltarse la seguridad de la presidenta de la Junta, es política. Que zarandeen el coche de Díaz, es política. Que Díaz ignore a los ediles que han sido votados en sus localidades también es política. Lamentablemente, todo eso es política española. Un conjunto de beneficiarios de la mamandurria. Si un majagranzas que cobra de nosotros tiene a bien ser reina por un día, tendremos que apechugar. La gente lo ha votado. Y eso de pedir disculpas€ Bueno, ya se verá, que vamos ahora de exquisitos británicos, hombre ya. Esta es la política que tenemos, tabernaria, hooligan, de trinchera, de echacantos con trajes de vestir y gomina por castigo. Ahora sigo sin saber si los actos vergonzosos -violentos o no- fueron orquestados y salidos desde la sede de un partido político o, como sostiene el vicepresidente Oblaré: «Pasé por allí, vi el coche y se me ocurrió». Si a todo un diplomado en Alta Dirección se le ocurre improvisar sobre la marcha, es que tiene cosas de bombero retirado. Pero peor aún si esto sale de una reunión entre señores a los que el pueblo ha confiado su gobierno. Ay, que alguien nos saque pronto de esto, que estamos jodidos, muy jodidos.