A esta hora están los militantes socialistas votando. Las primarias son como los documentales de La 2. Todo el mundo se confiesa admirador. Luego va IU y las convoca en Andalucía y apenas llega la cosa a tres mil militantes en las provincias, que pueden tener hasta 1,2 millones de habitantes. Eso, contando simpatizantes. Y tres mil llamados a votar, otra cosa es que lo hicieran todos, que no lo hicieron. En el PSOE hay miedo a que la participación sea poca. Por eso, en todas las agrupaciones durante la semana pasada los popes de las mismas no dejaron de telefonear a los militantes instándoles, suplicándole, invitándoles a que se acercaran a las urnas. Las primarias son un excelente y saludable ejercicio de democracia que otros partidos deberían imitar. O sea, el PP. O no. El PP nunca las ha organizado y no puede decirse que su historia en la democracia española haya sido desastrosa, dado que han gobernado en dos etapas: la de Aznar y esta. Es cierto que los tiempos cambian, pero ya en los albores de la llegada al poder del PP el PSOE celebraba primarias y eso no era garantía ni de que fuesen a gobernar ni de que la gente luego los votara más ni de que el partido funcionaria mejor. Resulta magnífico que se abran cauces de participación. Sí, como si fueran ríos. O eso nos repiten. Contra eso está la escuela de los que opinan que hay que votar, pero poco. Que una vez elegidos los elegidos ya ellos deben resolver los problemas y dejarnos en paz. Es muy del gusto liberal americano y desmovilizador presentar la política como un inocente asunto de administración de la cosa pública que no requiere mayor vigilancia ni control a no ser que uno quiera perder el tiempo. De USA también nos viene por cierto un pensamiento radicalmente contrario y formidablemente democrático. También está lo de las listas abiertas. Si a un ciudadano cualquiera se le enseñara una lista cerrada y se le invitara a abrirla (o sea, a quién de estos votaría y a quién no) seguramente no sabría. Porque no conocería a casi nadie. Piden listas abiertas pero no se interesan por quiénes están en la política y a quiénes se podría votar. Pero tampoco generalicemos. Todo lo dicho en el anterior párrafo puede no ser cierto y tal vez sea engañosa impresión o es uno que da con gente que está informadísima acerca de la política pero que opina que la gente no está informadísima acerca de la política. A esta hora están los militantes socialistas votando. Las primarias generan interés, son una herramienta de marketing, sincronizan la formación, la cohesionan (¿la cohesionan?) y, lo más saludable, no se descarta el factor sorpresa. Una interesante variante de las primarias son las primarias paripé. No nos referimos a estas. Pero dan para otro artículo. Abundan.